Desde la perspectiva de la persona el libro trata de aquellas conductas que, referidas más directamente a la persona como sujeto singular, sirven para su realización personal en conformidad con el designio salvador de Dios.
La consideración de la persona «en Cristo» permite, a su vez, concebir la conducta como respuesta del hombre a la vocación a realizarse como hijo de Dios en los distintos ámbitos de la existencia.
Para determinar los ámbitos en torno a los que cabe ordenar el estudio del comportamiento moral, se ha optado por atender a aquellos bienes fundamentales a los que por naturaleza tiende la persona: la vida, la sexualidad, la relación con los demás o la vida en sociedad y la verdad.
Más que la determinación de unas normas de conducta que señalen cómo se debe actuar, se centra el interés en mostrar el tipo y calidad de acciones capaces de llevar a la persona a realizarse como tal.
¿Qué significa tener identidad? Significa ser alguien singular, distinto de todos los demás, inconfundible: original.
Ahora bien, mi existencia particular ¿posee un valor único? Mi presencia personal ¿añade una novedad a la existencia del mundo? A todos nos gustaría pensar que es así; pero ¿tiene esto fundamento real o se reduce a un simple deseo ilusorio?
Descubrir el carácter insustituible de cada existencia humana es el objetivo que se plantea en este ensayo.
Eduardo Terrasa, es profesor de Fundamentos de Antropología en la Universidad de Navarra. Sus estudios se orientan hacia la comprensión narrativa, psicológica y teológica de la identidad personal.
Ha rastreado la cultura popular moderna en sus diversas manifestaciones artísticas para identificar las preocupaciones y las preguntas esenciales que allí se plantean. Esta variedad en las fuentes le permite una pluralidad de enfoques a la hora de acceder a los temas de estudio.
Nuestro número ha salido en la ruleta". Esta provocadora frase de J. Monod constituye el tema de la extendida ideología que considera el origen del mundo como fruto del azar, y la vida del hombre como perturbadora del equilibrio cósmico.
El Cardenal Ratzinger no deja escapar la oportunidad: ¡la belleza, la armonía, la libertad, frutos del azar! Cuanto más racional y convincente es la doctrina cristiana: Dios ha creado el cosmos ha creado el hombre y le ha confiado el mundo para que lo conserve y lo cuide. Con su pecado el hombre ha llevado el cosmos al desorden y se trata ahora de restablecer el equilibrio inicial para que en el mundo brille la gloria del Dios y del hombre.
El autor con su estilo diáfano y penetrante aporta elementos de claridad a uno de los debates más vivos de la cultura contemporánea.
INDICE
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Dios Creador.- La diferencia entre forma y fondo en el relato de la Creación. La unidad de la Biblia como criterio de interpretación. El criterio cristológico.
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Significado de los relatos bíblicos de la Creación.- La racionali-dad de la creencia en la creación. Significado permanente de los elementos simbólicos del texto.
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La Creación del hombre.- El hombre formado de la tierra. Imagen de Dios. Creación y evolución.
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Pecado y Salvación.- Sobre el tema del pecado. Limitaciones y libertad del hombre. El pecado original. La respuesta del Nuevo Testamento.