
Nada más que la verdad
«Estas páginas contienen un testimonio personal sobre la grandeza de un hombre apacible, de un fino investigador, de un cardenal y de un papa que ha intervenido activamente en la historia de nuestro tiempo. Pero son también un relato de primera mano que intenta proyectar luz sobre algunos aspectos incomprendidos de su pontificado y describir desde dentro el verdadero mundo vaticano» Georg Gänswein «Nadie ha conocido y apoyado más a Benedicto XVI durante todo su pontificado y en la etapa de emérito que su fiel secretario particular, el arzobispo Georg Gänswein. Solo le he pedido una garantía en el transcurso de este trabajo: la de ser totalmente sincero». Saverio Gaeta La que ha existido entre Joseph Ratzinger y Georg Gänswein ha sido una larga y significativa relación de profundo respeto y estima recíproca, desde que, en 2003, el futuro Papa nombró secretario personal al joven sacerdote alemán. Y tras la elección del cardenal Ratzinger como Benedicto XVI, don Georg vivió todavía más constantemente a su lado como su más estrecho colaborador, pero también confidente y consejero, acompañándole durante el pontificado y en el tiempo que siguió a la histórica renuncia del año 2013. Hoy, tras la desaparición del Papa emérito, ha llegado el momento de que el actual prefecto de la Casa pontificia cuente su propia verdad con respecto a las aviesas calumnias y las oscuras maniobras que han intentado, en vano, proyectar sombras sobre el magisterio y sobre las acciones del Pontífice alemán, y de dar a conocer así, por fin, el verdadero rostro de uno de los más grandes protagonistas de los últimos decenios, injustamente denigrado con excesiva frecuencia por los críticos como Panzerkardinal o «Rottweiler de Dios». Un relato auténtico y genuino en el que, ayudado por la experta pluma del vaticanista Saverio Gaeta, monseñor Gänswein propone la autorizada reconstrucción de un particularísimo período de la historia de la Iglesia católica, afrontando asimismo los interrogantes sobre acontecimientos enigmáticos, como el dosier del Vatileaks y los misterios del caso Orlandi, el escándalo de la pedofilia y las relaciones entre el Papa emérito y su sucesor, Francisco. De ahí brota el intenso testimonio sobre la grandeza de un hombre, un cardenal, un Papa que ha intervenido activamente en la historia de nuestro tiempo y que emerge aquí como un faro de competencia teológica, claridad doctrinal y sabiduría profética.
José es el padre que falta en la actualidad. Él mismo acogió, protegió y alimentó al mismo Dios y a su madre, María.
«Comunícase Dios con tantas veras de amor, que no hay afición de madre que con tanta ternura acaricie a su hijo», afirma san Juan de la Cruz. Es este uno de los hilos más poderosos que recorren, de manera furtiva, la obra de nuestro místico: la infinita ternura de Dios-madre. Dicha ternura es la atmósfera que se respira en su prosa y en sus versos. Y a su vez, está íntimamente conectada con otra palabra mágica que es «atención»: clave de la experiencia contemplativa más genuina. Esa que Juan de la Cruz ha condensado en dos palabras seductoras: atención amorosa. La experiencia de Dios no es solo una cuestión de «atención plena» (o mindfulness). Es mucho más. Es atención «amorosa». Es atención a una Presencia. A una Presencia infinita de amor y de vida.
Cristo no vino a llamar a los santos, sino a hacer santos a los débiles, a los torpes y a los pecadores. Por eso los santos no son solo modelos imitables de santidad, sino recordatorios del poder de la gracia de Dios, mayor que cualquier defecto humano.
No pocos santos tuvieron que luchar contra tentaciones muy similares a las que sufrimos hoy. Para ejemplificarlo, Goodier acude a la historia de un mercenario adicto al juego, de un adolescente repudiado por los suyos, de una mujer noble de mala reputación y un noble misionero que ve fracasar muchos de sus esfuerzos, un capellán real que escapa de la horca, un hereje hedonista y mujeriego que llegará a ser uno de los más grandes teólogos de la Iglesia católica, y otras almas imperfectas que se ven perfeccionadas por el dolor y la enfermedad.
Porque no hay nadie tan pecador que no pueda encontrar un pecador mayor entre los santos.
El teólogo suizo Hans Urs von Balthasar (1905-1988) fue un autor muy prolífico, con una obra tan vasta y de contenido tan amplio que no es fácil encontrar, ni en la producción del mismo Balthasar, ni en la literatura sobre él, un texto que exponga de una manera suficientemente completa y global —a la par que sintético y accesible a los lectores que no conocen su obra— las fuentes y la estructura cardinal de su pensamiento. Este libro quiere introducir al lector en el pensamiento teológico de von Balthasar a partir de su Trilogía (Gloria, Teodramática y Teológica), considerada su obra cumbre y que recoge en buena medida su producción anterior. Se trata de mostrar el talante general de su persona y su vida, exponer las líneas esenciales de su pensamiento teológico y ofrecer algunos criterios fundamentales para su lectura y comprensión.
A este volumen le seguirá un segundo (Hans Urs von Balthasar II. Aspectos centrales de su Trilogía), complementario aunque independiente, en el que, en un segundo nivel de profundidad, se expondrán las líneas teológicas centrales de la Trilogía, a fin de dar a conocer las principales aportaciones en las diversas áreas de la ciencia teológica de uno de los autores más relevantes del pensamiento católico del siglo XX.
«Nos encontramos ante una magnífica introducción al pensamiento balthasariano cuyo valor más significativo es otorgar una visión orgánica de toda la obra del pensador suizo» (Del prólogo de Ángel Cordovilla).
Al escribir la historia suelen surgir personajes que influyen de manera decisiva en su tiempo, por lo que dicen o por lo que hacen. Alvaro d'Ors es uno de ellos, al entender su brillante actividad profesional como un servicio. Tercer hijo de Eugenio d'Ors (“Xenius”) y heredero del carácter humanista de su padre, fue catedrático de Derecho Romano en Granada, Santiago y Pamplona, y experto en Epigrafía y Papirología, Filología Clásica, Historia Antigua, Derecho Canónico y Teología Política. Sinfonía de una vida es el título que él mismo puso a un esbozo autobiográfico que redactó al recibir un premio. Su infancia y juventud en Barcelona y Madrid, el período de la guerra civil, su larga vida académica y sus años tras la jubilación constituyen una obra sinfónica ejecutada por diversos instrumentos, dirigidos por el deseo de hacer en cada momento lo que debía, sin esperas ni omisiones.
El libro “fotografía” los últimos instantes de 100 santos, místicos y mártires, religiosos y laicos, ancianos y niños.
«He narrado la muerte de muchos santos, pero todos ellos me han confirmado la verdad de esta antigua intuición cristiana: “Cuando muere un santo, es la muerte la que muere"».
El autor presenta así una impresionante galería de santos, “fotografiados” en los últimos instantes de su vida. Para todos ellos, la muerte es la ternura de un abrazo, el encuentro con el Amado, largamente perseguido. Contemplaremos así la muerte de místicos y mártires, religiosos y laicos, ancianos y niños, que han aprendido el secreto del amor quizá en una vida breve pero enormemente intensa.
Mediante estos sugerentes “retratos” el autor ayuda a descubrir la vida como un viaje hacia una felicidad más plena, la de la Casa del Padre.
Tras los estudios de Medicina en Madrid y varios años de ejercicio profesional junto a su maestro Carlos Jiménez Díaz, Ortiz de Landázuri gana la cátedra en la Facultad de Medicina de Granada. Allí vivirá doce años, y luego en Pamplona, donde desarrollará la Facultad de Medicina y la Clínica Universitaria de la Navarra.
Su fama como médico se extendió pronto por toda España, y muchos emprendían largos viajes para acudir a su consulta. La cifra de enfermos atendidos por él alcanza los quinientos mil.
Pero no solo atraía su ciencia. Eduardo Ortiz de Landázuri era un hombre de fe, con un amor desbordante por Dios y por su familia. Miembro del Opus Dei, trató de ver a Dios en cada enfermo que trataba. En 1998 se abrió su Causa de Canonización.
«Cierro los ojos sobre esta tierra doliente, dramática y magnífica, implorando una vez más sobre ella la Bondad divina. De nuevo bendigo a todos. Especialmente a Roma, Milán y Brescia». Así, nombrando tres ciudades, resumía Giovanni Battista Montini retrospectivamente su vida en un testamento realmente inspirado: la juventud en Brescia, los treinta años transcurridos en el Vaticano en la Secretaría de Estado, los ocho como arzobispo de Milán, y los quince en la cátedra del apóstol Pedro con el nombre de Pablo VI (1963-1978). Una vida, decisiva para el catolicismo contemporáneo, que este libro presenta en su primera parte, profundizando en la segunda la relación de un hombre moderno con la santidad, una dimensión que cuando es auténtica consigue atraer la atención no solo de los creyentes.
Nueva edición, en la colección bolsillo, del fascinante y sobrecogedor relato biográfico del cardenal Nguyen Van Thuan, que fue nombrado obispo, fue detenido y encarcelado, y padeció el cautiverio y el aislamiento durante muchos años, en ocasiones en condiciones infrahumanas, bajo la dominación del régimen comunista de su país. Sin embargo, su fe en Dios y su amor a Vietnam hicieron que se mantuviera firme en sus convicciones y deseara siempre transmitir un mensaje de paz y de esperanza. Los acontecimientos dramáticos y a menudo trágicos que sufrió empequeñecen ante la magnífica espiritualidad que le alentó. La lectura de estas páginas permite no solo conocer su trayectoria vital, sino también la forja de un carácter, de un espíritu y de un mensaje acrisolado por el dolor y lleno de sentimientos de amor y fraternidad.
San Josemaría nace a principios del siglo XX. Poco después de ser ordenado sacerdote funda el Opus Dei, que viene a recordar que todos están llamados a ser santos en medio de sus estudios, su familia y sus amigos. Pronto estalla la guerra civil española, que pone en grave riesgo su vida y la de sus primeros seguidores...