
En este año de la misericordia, convocado por el papa Francisco, ofrecemos estas reflexiones sobre el perdón de los pecados y el sacramento de la conversión como expresión de la misericordia de Dios. Esperemos que sirvan para crecer en conciencia de la belleza y fuerza de la fuente de misericordia que renueva a la Iglesia con el fin de que, como señala el propio papa en la bula Misericordiae vultus: «La palabra del perdón pueda llegar a todos y la llamada a experimentar la misericordia no deje a ninguno indiferente» (n.19).
Juan José Pérez-Soba (Madrid, 1964), sacerdote diocesano de Madrid, es profesor ordinario del Pontificio Instituto Juan Pablo II en Roma y profesor invitado en la Universidad Eclesiástica San Dámaso de Madrid.
Presentación de Jesús Sanz Montes, Arzobispo de Oviedo.
La semilla humilde de un grano de trigo puede germinar fecundamente en un fruto deseado mirando el mañana, verdadera parábola de lo que debe ser la pastoral de la esperanza. La sociedad, la familia, la Iglesia y el sacerdocio nos reclaman las razones que hemos de estar dispuestos a dar para hacer creíble y amable en este rincón de la historia nuestra esperanza. Es de agradecer que el cardenal Gerhard Ludwig Müller nos haya trazado este itinerario para responder con el papa Francisco a los desafíos que tenemos en este momento de la historia» (Fr. Jesús Sanz Montes, ofm. Arzobispo de Oviedo).
Gerhard Ludwig Müller (Maguncia, Alemania, 31-12-1947), creado cardenal el 22 2-2014, fue obispo de la diócesis de Ratisbona entre 2002-2012. Desde julio de 2012 es Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y Presidente de la Pontificia Comisión «Ecclesia Dei», de la Comisión Teológica Internacional y de la Pontificia Comisión Bíblica. Durante dieciséis años (1986-202) fue profesor de Teología Dogmática en la Universidad Ludwig-Maximilian de Múnich. Ha sido el encargado de la publicación de las Obras completas (16 volúmenes) de Joseph Ratzinger-Benedicto XVI en alemán, que ahora edita en español la BAC.
¿Dónde estaba Dios durante las matanzas en Auschwitz? ¿Por qué permaneció callado? Son preguntas que reflejan el estupor del hombre ante el sufrimiento y la injusticia, los horrores de la guerra, las persecuciones y las calamidades naturales.
Con motivo del Jubileo de la Misericordia, y de manera incisiva pero siempre diáfana, el autor reflexiona sobre el acercamiento del hombre a Dios a través de la compasión. Nuestra limitación para afrontar el dolor y las contradicciones de una realidad a menudo cruel llevan al ser humano a la indignación frente a lo divino. Sin embargo, la grandeza del amor a Dios y al prójimo, manifestada en obras, únicamente puede ser expresada a través de la justicia y el perdón.
Pablo Marti del Moral (Granada) es sacerdote, licenciado en Derecho por la Universidad de Málaga y doctor en Teología por la Universidad de la Santa Cruz (Roma). Actualmente es profesor de Teología Espiritual en la Universidad de Navarra y secretario del departamento de Teología Moral. Son numerosas sus publicaciones, entre las que destaca Teología Espiritual, publicado también en Rialp.
Un libro que recoge la experiencia de sus autores como profesores y educadores durante muchos años en el ámbito educativo y catequético, y como formadores de profesores y de catequistas. En los cursos dirigidos por ellos en el Departamento de Pastoral y catequesis de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra se han formado más de 6.000 educadores.
La páginas de este texto descubren la urgente necesidad de educar en la fe a niños, jóvenes y adultos, tanto en la familia, como en la parroquia y en la escuela. Ayudan a profesores de religión y a catequistas a utilizar las actuales aportaciones de las ciencias pedagógicas que faciliten el proceso de la educación de la fe.
Ofrecen orientaciones prácticas sobre el modo de preparar e impartir las clases de religión y los distintos programas de catequesis.
Desde muy joven, Guardini se propuso elaborar un método adecuado a la transmisión de la fe cristiana a unas gentes muy probadas y jóvenes desconcertados por un entorno convulso. A esa tarea consagró sus grandes dotes y una voluntad a prueba de sacrificios. Por eso el tema de la es uno de sus predilectos. Sobre la vida de la fe, Conocimiento de la fe, Existencia creyente, Solo quien conoce a Dios conoce al hombre... son algunas de l obras dedicadas a describir la experiencia creyente.
En este libro se agrupan varios de eso escritos relativos a la fe. En los primeros intenta Guardini pespuntear lo que habrá sido la experiencia religiosa en los albores de la historia de las religiones. Con fina sensibilidad nos ayuda a experimentar los primeros latidos del sentimiento religioso al contemplar la naturaleza y sus sorprendentes fenómenos de luz y sombras, invierno y primavera, el día y la noche...
Edición y revisión de la traducción por Alfonso López Quintás.
Traducido del original alemán (Religiöse Erfahrung und Glaube) por Roberto H. Bernet.
Romano Guardini (Verona, 1885 - Múnich, 1968) fue un hombre muy vinculado a la educación de la juventud, como sacerdote y como profesor en las universidades de Berlín y Múnich. Sus obras y sus enseñanzas alcanzaron el reconocimiento de muchos. Pablo VI le ofreció ser cardenal, pero no lo aceptó. De su amplia bibliografía, pueden destacarse los volúmenes publicados en la BAC: El contraste. Ensayo de una filosofía de lo viviente-concreto (1996), Ética: lecciones en la Universidad de Múnich (2010) y La existencia del cristiano (2010).
La publicación de este libro, que es un compendio de homilías y discursos del arzobispo Karol Wojtyła, nos sitúa en un momento de hace más de cuarenta años. El autor muestra su actitud al explicar apasionadamente el significado del Concilio y su magisterio. Preparaba, de este modo, el terreno para la futura aplicación del Concilio Vaticano II en la archidiócesis de Cracovia. Más tarde, durante los veintisiete años de su pontificado, Juan Pablo II aplicaba el magisterio del Concilio en la vida de la Iglesia universal.
Edición y estudio preliminar de Gabriel Richi Alberti. Coordinación y revisión de la traducción por Marek Raczkiewicz.
Traducción del original polaco (Odnowa kościoła i świata. Reflexksje soborowe) por Elżbieta Teresa Święcka y Marek Raczkiewicz.
Edición publicada en colaboración con la Universidad Eclesiástica San Dámaso y el Centro de Documentación y Estudios del Pontificado de Juan Pablo II de la Fundación Juan Pablo II
El padre Marco Rupnik, sj, no necesita presentación en el mundo de habla hispana. Se han traducido ya decenas de obras suyas. En este libro nos ofrece una Lectio divina de la parábola del «hijo pródigo»; parábola que podría llevar por título también El Padre misericordioso; o quizás mejor, Los dos hermanos: uno que se convirtió en siervo, porque acabó sometido a un amo que le hacía cuidar sus cerdos; y otro que vivía como un siervo, porque se quedó en la casa del Padre, pero nunca llegó a conocerle, vivió siempre como un asalariado. En este entramado se desarrolla el libro: un Padre que se alegra porque el hijo vuelve a casa y un hermano que se enfada y no quiere entrar en la fiesta. Son las tensiones que Lucas ha recogido en esta parábola y que el padre Rupnik, magistralmente, nos enseña a reconocer y a aplicar en nuestra vida.
Traducido del original italiano ("Gli si gettò añ collo". Lectio divina sulla parabola del padre misericordioso) por Pablo Cervera Barranco.
El Papa Francisco ha convocado a toda la Iglesia a celebrar el jubileo de la misericordia: ''hay momentos en los qiue un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre. Es por esto que he anunciado un Jubileo Extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la iglesia, para que se haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes.
Solo es posible alcanzar la plenitud de «lo divino» en la medida en que nos empeñamos por lograr la plenitud de «lo humano»; únicamente podemos llegar a ser «más divinos» haciéndonos «más humanos». Esta propuesta tiene que invadir e impregnar la vida y la actividad toda de la Iglesia: su teología, su sistema organizativo, su moral, sus leyes, su presencia en la sociedad y, sobre todo, en la vida y la espiritualidad de los cristianos.
Es una propuesta que brota del centro mismo de la fe cristiana: el Dios del cristianismo es el «Dios encarnado». Es decir, el «Dios humanizado», que se dio a conocer en un ser humano, Jesús de Nazaret. Pero ocurre que, en la historia del cristianismo, el hecho de la humanidad de Jesús y sus consecuencias ha resultado más difícil de aceptar que la divinidad de Cristo. Esta dificultad lleva derechamente a tener que afrontar esta pregunta: ¿Quién ocupa en realidad el centro de la vida de la Iglesia, Jesús y su Evangelio o san Pablo y su teología? No se trata de la vieja cuestión sobre quién fundó la Iglesia. La Iglesia tiene su origen en Jesús. La Iglesia tiene, por tanto, su centro en Jesús, el Mesías, el Señor, el Hijo de Dios. Pero, todo esto supuesto, no se puede soslayar esta apremiante pregunta.
A partir de ella, se concretan otros interrogantes: ¿De dónde o de quién se han tomado los grandes temas que se proponen y explican en la teología católica? ¿En qué o cómo se justifican el culto, los ritos y, en general, la liturgia que se celebra en nuestros templos? ¿Desde quién y desde qué argumentos se legitima el modo de gobierno que se ejerce en la Iglesia? ¿Qué forma de presencia en la sociedad debe tener la Iglesia? ¿Por qué el cristianismo aparece más como una religión y mucho menos como la presencia del Evangeliode Jesús en nuestro mundo? Mientras la Iglesia no afronte estas cuestiones, y les dé la debida respuesta, no podrá recuperar su identidad ni cumplir su misión en el mundo.
El hombre tiene una gran «sed» de infinito, pero vive prisionero de su finitud. ¿Quién le librará de esta condición?
Partiendo de esta experiencia paradójica, presente en los hombres de todo tiempo y cultura, y de la pregunta radical que surge de ella, Angelo Scola, Arzobispo de Milán, nos presenta de forma sencilla y directa cuál es el corazón de la propuesta cristiana y de qué modo desafía nuestra cultura actual, «en la que se cree que podemos salvarnos por nosotros mismos o que podemos acomodarnos tranquilamente en la finitud».
«El autor de esta obra, rigurosa en su contenido y muy cuidada en la forma, quiere formular la experiencia religiosa de modo que resulte seductoramente inteligible por nuestros contemporáneos y, especialmente, por los jóvenes universitarios» (Del prólogo de Monseñor Osoro).
Angelo Scola nació en Malgrate, Italia, en 1941. Obtuvo su doctorado en filosofía con su tesis sobre filosofía cristiana en 1967 en la Universidad Católica del Sacro Cuore de Milán. Posteriormente estudió teología en los seminarios de Saronno y de Venegono, doctorándose por la universidad suiza de Friburgo. Fue ordenado sacerdote en 1970. Fue director del Instituto de Estudios para la Transición de Milán, y miembro del comité ejecutivo de la edición italiana de Communio. También colaboró con la Congregación para la Doctrina de la Fe desde 1986 hasta 1991. En 1991 fue ordenado Obispo de Grosseto, pasando en 1995 a ser rector de la Pontificia Universidad Lateranense. En 2002 fue nombrado Patriarca de Venecia por Juan Pablo II, quien le creó Cardenal en 2003. Desde 2011 es Arzobispo de Milán. Entre sus obras más importantes publicadas en castellano destacan Identidad y diferencia; Hans Urs von Balthasar: un estilo teológico; La cuestión decisiva del amor: hombre-mujer; Eucaristía, encuentro de libertades; Luigi Giussani: un pensamiento original; Una nueva laicidad y Buenas razones para la vida en común, todas ellas publicadas por Ediciones Encuentro.
¿Se ha puesto de moda la misericordia? Pues sí, la verdad. Gracias a Dios, sin duda. Pero gracias también al papa Francisco, que quiere arrastrar a la Iglesia del siglo XXI por el tobogán de la misericordia.
Para ello, nada menos que ha convocado un Jubileo de la Misericordia, todo un año especial para desentrañar y experimentar la grandeza del perdón de un Dios que es Padre y vuelca en sus hijos la abundancia de su amor clemente y misericordioso.
El sacramento del Perdón, de la Reconciliación y de la Penitencia es la expresión máxima de la Misericordia de Dios. Nuestro Señor Jesucristo, que lo instituyó durante su paso redentor por esta tierra, ordenó su dispensación a la Iglesia, Madre y Maestra, espejo fiel del Corazón Misericordioso de Jesús.
Pasó haciendo el bien son las palabras con que san Pedro resume la vida de Jesucristo. Magnífico extracto de una vida breve, de un destino único: el Hijo de Dios, Dios mismo hecho Hombre, dedicó los días y todos los instantes de su existencia terrena para hacer el bien. No solo cuando curaba milagrosamente a enfermos, ciegos o leprosos, sino cuando trabajaba y predicaba, dialogaba con hombres pobres y ricos, con amigos, maestros de la ley y publicanos; cuando recorría los senderos de Palestina.
El autor ha elegido este título para el presente libro, que trata de las virtudes, para destacar que la vida de todo hombre adquiere valor y plenitud si dirige su existencia entera a hacer el bien a todos.
Para imitar a Jesús -único Maestro del hombre- se precisa una mirada atenta que permita el conocimiento certero de su Persona y el descubrimiento del amor que inspira todas sus acciones.
Aprender de Jesús que pasa haciendo el bien es el secreto, la clave, que permite una existencia llena de sentido. Imitar al Señor es adquirir un corazón bueno que ilumina una vida buena, es recorrer un sendero que conduce al Cielo.
Con este libro el autor cierra una trilogía sobre Jesucristo, iniciada con la publicación de Vida de Jesús, que continúa con El Misterio de Jesús de Nazaret.
Pasó haciendo el bien trata de las virtudes humanas y cristianas. Enseña que Jesús -Dios y Hombre verdadero- como el modelo único para cada hombre y cada mujer que buscan el camino mejor para vivir como buenos hijos de Dios en el mundo.
No es un libro práctico de moral. Se trata de una reflexión sobre el fondo humano en el que nacen y crecen las virtudes, las actitudes que favorecen la adquisición de cada virtud; siempre con la mirada dirigida a Jesucristo, para seguir su ejemplo.

