«Voz de Dios» se pensaba la conciencia, a causa de la autoridad prescriptiva absoluta de sus juicios. «He aquí la voz de Dios» se piensa hoy, más bien, en tono más humilde, conscientes de la necesidad de verificar la autenticidad de lo que resonó en lo íntimo con tanta fuerza categórica de obligación interior. ¿Quién habla en mí con la voz de mi conciencia? ¿Un intruso que vulnera mi libertad? ¿O un huésped, esperado desde siempre, por ser aliado y familiar, «más íntimo a mí que yo mí mismo»? Es necesario un discernimiento, ciertamente. Pero para ello se necesita más todavía una formación.
“Es necesario encontrar continuamente en lo que es ‘erótico’ el significado esponsal del cuerpo y la auténtica dignidad del don. Esta es la tarea del espíritu humano. Si no se asume esta tarea, el hombre, varón y mujer, no experimenta esa plenitud del ‘eros’ que significa el impulso del espíritu humano hacia lo que es verdadero, bueno y bello”.
JUAN PABLO II
“Llamados al amor atestigua la fascinación por la diferencia sexual, posibilidad singular de encuentro entre hombre y mujer. La sexualidad no es la diversidad que fractura, sino el fundamento de una relación fecunda en el amor, donde accedemos a la riqueza de la vida y su misterio”.
CARDENAL ANGELO SCOLA Patriarca de Venecia
El relato evangélico de la Presentación de Jesús en el templo contiene unas misteriosas palabras del anciano Simeón a María sobre la espada que atravesará su alma, según se traduce habitualmente la singular profecía —calificada de oscura y sombría— que ha convertido a la madre de Cristo en la Virgen dolorosa cuya presencia al pie de la cruz daría la razón a Simeón. Sin embargo, esta interpretación, por piadosa y profunda que parezca, no encuadra en el contexto luminoso de un pasaje que nada tiene de sombrío, ya que desborda de gozo, en plena armonía con la gloria que trae Jesús.
Alfonso Simón, con el aval de un testimonio arameo del siglo II, que era fácil adivinar tras un texto griego lleno de extrañezas, pone de relieve que la profecía de Simeón no tiene nada de sombría y encuadra muy bien en ese contexto luminoso, como ya mostró san Efrén el sirio, en el siglo IV, comentando así el oráculo del anciano: «La espada, que cerraba el paso al paraíso a causa de Eva, ha sido apartada por María».
Alfonso Simón Muñoz (Madrid 1947), sacerdote de la archidiócesis de Madrid, es doctor en Teología bíblica por la Pontificia Universidad Santo Tomás en Roma «Angelicum». Su investigación bíblica se ha centrado especialmente en el evangelio de la Infancia según san Lucas. Ha sido responsable del semanario Alfa y Omega, desde sus inicios en 1994 hasta 2015, y en la actualidad es profesor de Nuevo Testamento en el Instituto Teológico Lucense, afiliado a la Universidad San Dámaso de Madrid.
A imagen de la Trinidad trata de ahondar en la esencia de las relaciones mutuas en la Iglesia y su clave de comprensión. Para ello profundiza, entre otros, en conceptos tales como la «relación carisma-jerarquía», la «au­toridad y sinodalidad» y la «coesencialidad», desde un punto de vista filosófico, antropo­lógico, eclesiológico y carismático.
Como decía Benedicto XVI, para compren­der la comunión y aplicarla adecuadamente, se necesita un nuevo impulso del pensa­miento, una profundización crítica y valora­tiva de la categoría de la relación (CiV 53). Con este propósito, la autora —misionera idente— acude a la aportación del funda­dor de su Instituto, Fernando Rielo, expo­niendo, desde su modelo metafísico, las repercusiones que un pensamiento profun­damente creyente tiene en la vida y en la comunión eclesial. Se cierra la obra con la reflexión sobre algunas consecuencias ope­rativas para las mutuae relationes.
Lourdes Grosso García, misionera idente, es directora del Secretariado de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal Española, consultora de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, y coordinadora de la Cátedra de Teología de la Vida Consagrada (Universidad San Dáma­so). En la BAC ha publicado «¡Rabboni!». Presencia y misión de la mujer en la Iglesia (2016).
A través de un repaso de las tensiones doctrinales que surgieron con el desarrollo de la teología y el derecho canónico a lo largo de la Edad Media y en la modernidad, se pretende contribuir a una mejor comprensión de la misteriosa realidad del matrimonio en la milenaria tradición judeo-cristiana, que adquiere una fuerza singular a la luz de la teología del cuerpo de San Juan Pablo II. La recuperación de la centralidad de la una caro en su doctrina ha permitido restituir el significado primordial del matrimonio, renovando la esperanza de recuperar el sentido último de la historia como realización plena de lo humano, pues el amor conyugal de acuerdo al plan de Dios expresa y realiza los munera –sacerdotal, profético y real– del cristiano. La tesis que aquí se expone puede arrojar luz para una nueva y más fecunda fundamentación de las ciencias sociales, no desde el individuo sino en torno al matrimonio –y su realización práctica, la familia– una comunidad de personas que está en el corazón del sistema social, permitiendo al hombre expresar su verdadera realeza como servicio a los demás para la realización del bien común.
En pocos terrenos se percibe hoy tanta discrepancia entre la doctrina oficial de la Iglesia y las convicciones prácticas de muchos creyentes como en las cuestiones que atañen a la sexualidad y al matrimonio. Kasper se mueve en un terreno en el que busca con sinceridad y lealtad articular fidelidad y creatividad, norma y conciencia, ley general y situaciones particulares, tradición y aportación de las ciencias sociales (porque ya no se puede hacer teología sin contar con las ciencias humanas).
Dice Jesús: Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Pero... ¿qué mandamientos son esos? La mayoría de los cristianos respondería que los famosos Diez Mandamientos. Sin embargo, estos los dio Moisés al pueblo de Israel muchos cientos de años antes de Cristo. Es cierto que proceden del mismo Dios; pero Jesús habla de mis mandamientos. ¿Son acaso diferentes de aquellos? Unas palabras de Jesús lo resumen: No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolirlos sino a darles su plenitud. Este libro ahonda precisamente en esa plenitud y anima al lector a no conformarse con mínimos, a seguir de cerca a Cristo, meditando y viviendo sus enseñanzas. Jorge Ordeig Corsini (Valencia, 1952) es ingeniero de Telecomunicaciones (UPM, Madrid), doctor en Filosofía (PUSC, Roma) y sacerdote. Ha sido director de dos Colegios Mayores de Madrid y de otras instituciones educativas. Como sacerdote ha trabajado en colegios y parroquias de Jaén, Almería y Granada. Actualmente es párroco de la parroquia de San Ildefonso, de Granada. En Rialp también ha publicado El Dios de la alegría y el problema del dolor.
Los relatos evangélicos ofrecen muy pocos datos sobre algunos personajes, pero la historia y la exégesis permiten reconstruir cómo se desarrollaba su vida cotidiana. Además, la propia experiencia nos revela las inquietudes del corazón humano, tantas veces similares. Las mujeres del Evangelio vivían en una sociedad patriarcal, bien lejana de la nuestra. Pero el papel de la mujer en la actualidad, como cualquier otro aspecto de la vida de la Iglesia, debe partir de la misma fuente: el Evangelio. Las mujeres rodean en todo momento la vida de Jesucristo: intuyen su llegada, se anticipan y saben ver más allá de la apariencia. Ellas serán las primeras depositarias de la noticia de la Resurrección, y entre todas ellas destaca María, Madre de Jesús y Madre de la Iglesia, icono de la santidad para todos los cristianos. Elena Álvarez es licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Santiago de Compostela y doctora en Teología por la Universidad de la Santa Cruz (Roma). Actualmente es profesora en la Universidad Internacional de La Rioja, e investiga las corrientes filosóficas que marcan la cultura actual, así como las vías de diálogo entre distintas interpretaciones del ser humano y del mundo.
En la Santa Eucaristía es donde mejor y con mayor plenitud conocemos el amor que Dios nos tiene. La Santa Eucaristía desvela la verdad sobre el amor de Dios por nosotros, y alimenta, dentro de nosotros, la libertad de amar como Dios ama. Si hemos perdido el sentido de reverencia y profunda gratitud ante el Sacrificio Eucarístico y la Presencia Real de Nuestro Señor Jesucristo en la Hostia consagrada, entonces no reconocemos la verdad que se halla ante nuestros ojos.
Verdaderamente, la Belleza ha de salvar al mundo, y en ningún otro campo esto está tan claro como en el campo litúrgico. Por mi parte, sobre todo en calidad de Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, agradezco de corazón y con afecto fraterno al cardenal Burke por esta hermosísima contribución al debate más delicado e importante de nuestros días. A todos, les deseo una lectura fructuosa de este precioso libro ofrecido a la Iglesia, que sitúa a la Eucaristía como fuente y culmen de la vida cristiana. «Aquí está», dijo San Juan Pablo II, «el tesoro de la Iglesia, el corazón del mundo, la prenda del fin al que todo hombre, aunque sea inconscientemente, aspira». No diré más sobre el libro, para dejar al lector que descubra todas sus virtudes, leyéndolo con calma y meditando sobre su contenido.
Cardenal Robert Sarah
Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
Cardenal Raymond Leo Burke (Richland Center, Wisconsin, 1948)
Tras estudiar en Washington y después en Roma, fue ordenado sacerdote por San Pablo VI en 1975 en la Basílica de San Pedro. Volvió a Wisconsin para ser rector asociado de la Catedral de San José Obrero. En 1980 regresó a la Ciudad Eterna donde obtuvo un doctorado en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana. En 1994 fue nombrado obispo de La Crosse, Wisconsin, y en 2003 arzobispo de San Luis, Missouri. En 2008 el Papa Benedicto XVI le nombró prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica y dos años después fue creado cardenal. El Papa Francisco le designó patrono de la Soberana Orden de Malta en 2014 y en 2017 volvió a formar parte del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica.
Las enseñanzas de Scott Hahn han llevado a miles de cristianos católicos a una expresión más vital de su fe. En Un padre fiel a sus promesas, el popular apologista católico explora el pacto que Dios nos revela en las Escrituras, y explica cómo Dios nos ayuda pacientemente, a pesar de nuestras faltas, para restablecer la relación con su divina familia. De la mano de Hahn sigue la gran aventura del plan de Él comenzando con Adán y Eva y continuando a través de las generaciones hasta la venida de Cristo y el nacimiento de la Iglesia. Descubrirás que el amor paciente del Padre revelado en la Biblia es el mismo amor persistente que él tiene para ti.
Este libro ayudará a los lectores a comprender el profundo amor personal que Dios tiene para su gente y el plan que tiene para llevarlos a una relación familiar íntima.
"No se me ocurre otra cosa que valga más la pena que compartir la historia bíblica del amor de alianza de Dios en la historia de la salvación..., sobre todo en los personajes y acontecimientos más importantes: en los relatos que constituyen el eje narrativo de la Biblia..."
Tengo también la esperanza de mostrar cuánta sabiduría práctica contiene la Biblia para los creyentes de a pie, y en particular para los católicos "de tropa". Esa es una de las razones que me llevan a hacer hincapié en el doble tema de la alianza y la familia, que afectan de lleno a nuestras vidas. La otra razón de que me centre en estos temas tan estrechamente relacionados es que la Biblia también lo hace". -Scott Hahn, de la Introducción del libro.
Scott Hahn es profesor de Teología y Sagrada Escritura en la Franciscan University of Steubenville (Ohio), y fue nombrado por el Papa Benedicto XVI catedrático de Teología Bíblica y Proclamación Litúrgica del Saint Vincent Seminary (en Latrobe, Pennsylvania).
"¡Afán, afán de cuerpo! Querer vivir es anhelar la carne, donde se vive y por la que se muere. Se Busca oscuramente sin saberlo un cuerpo, un cuerpo, un cuerpo.”
Este libro quiere ser una invitación a tener la valentía de interrogar a la fe y de interrogarse sobre la fe. Partiendo del famoso pasaje del loco que está buscando a Dios en La gaya ciencia de Nietzsche, el autor plantea la cuestión de Dios con "la fuerza del quizá", como un desafío tanto para los que creen que no creen como para los que creen que creen. Estas páginas no tratan de dar respuestas preconcebidas. Pretenden ser un camino de iniciación al doble misterio de Dios y del hombre a partir del "quizá".
Como guía para este camino se nos presenta la figura de Moisés, particularmente actual, porque representa al hombre que discute con Dios, que duda, que refuta, pero que después descubre que su bien está en Dios. Como él, cada cual está llamado a encontrar a Dios a partir de algunas experiencias fundamentales: la del deseo, el pensamiento y, sobre, todo el amor. No hay mandamiento mayor que este: amar a Dios con todo el corazón (deseo), toda la mente (pensamiento) y todas las fuerzas (amor). Solo así es posible ir "más allá de la muerte de Dios" y del hombre.
Robert Cheaib es profesor de Teología en varias universidades, entre ellas la Universidad Pontificia Gregoriana y la Universidad Católica del Sacro Cuore. Desarrolla una intensa actividad como conferenciante de diversos temas: la vida de pareja, el ateísmo, la oración, la relación entre la fe y la cultura. Es autor de cerca de una decena de libros y dirige el sitio web www.theologhia.com.