El autor pretende proseguir un diálogo - sincero, porque se trata de la búsqueda de la verdad, pero al mismo tiempo libre, porque la verdad no está atada-, iniciado hace tiempo en sus clases sobre el ministerio sacerdotal, con autores que presentaban una nueva visión del sacerdocio, pero teniendo en cuenta ahora las ricas perspectivas que abrió la teología en estos últimos años y con el sosiego que ofrece el transcurso del tiempo y la superación de lo más duro de la crisis. y lo hace, porque es necesario volver continuamente a refelxionar sobre lo verdaderamente nuclear y permanente del sacerdocio ministerial, tal como la Sagrada Escritura y la doctrina de la Iglesia lo proponen. Parte el Dr. Ponce de la crisis sacerdotal, para intentar abrir las puertas a una óptica que, por superación, responda al verdadero pensamiento de Cristo, propuesto por la Iglesia en los documentos a partir, sobre todo, del concilio Vaticano II.
Las reflexiones recogidas en el presente volumen reproducen una conferencia pronunciada por el autor en el otoño de 1962 en las Semanas de la Salzburger Hochschule.
La cuestión de la Teología política actual no ha cambiado demasiado desde su origen entre algunos teólogos modernos, lo que mantiene la actualidad y oportunidad del texto. El estudio sin embargo se ha extendido a un mayor número de expertos de distintas disciplinas: historia, política, escatología y teología, adquiriendo un enfoque más completo y también así mayor relevancia.
En este breve libro se trata, en palabras del autor, de “establecer, de manera paradigmática, algunos rasgos fundamentales del problema en dos grandes figuras, Orígenes y Agustín”. Con el conocimiento de los padres que caracteriza a Benedicto XVI y la profundidad de su análisis, detalla la discusión en sus comienzos, poniéndola en su contexto tanto dentro del Magisterio de la Iglesia como respecto a las filosofías del momento, por ejemplo el Gnosticismo, el trasfondo histórico de la Antigüedad y las nociones bíblicas pertinentes.
La conferencia de entonces aparece ahora sin cambios sustanciales, con el estilo pedagógico, ordenado y esclarecedor característico del antiguo profesor; y así ofrece de nuevo una contribución al debate actual.
Índice
Introducción (G. M. Vian) 9
Prólogo 17
PRIMERA PARTE
LOS ANTECEDENTES DEL PROBLEMA EN LA HISTORIA DEL PENSAMIENTO
I. La herencia de la Antigüedad 21
II. El trasfondo bíblico 25
III- El enfrentamiento con el gnoticismo 35
IV. La visisón de la unidad de los pueblos en los Padres 41
SEGUNDA PARTE
LA GNOSIS CRISTIANA DE ORÍGENES
I. El significado de la realidad nacional según Orígenes 51
.I.1. El aspecto negativo 51
.I.2. Afirmaciones positivas 65
II. Posición de la Iglesia 71
.II.1. La revolución escatológica 71
.II.2. Los límites de la revolución cristiana 74
III. Síntesis 81
TERCERA PARTE
LA POLÉMICA DE AGUSTÍN CON LA TEOLOGÍA POLÍTICA DE ROMA
I. El rechazo de la teología política de Roma 85
.I.1. La ausencia de verdad en la religión política 87
.I.2. El poder de los demonios 92
II. El punto de partida de la teología agustiniana sobre la política 97
.II.1. La antítesis del estoicismo 97
.II.2. La antítesis del platonismo 98
III. El uso del Antiguo Testamento y de la historia romana en la teología 101
IV. La posición de la Iglesia en la historia 113
V. Conclusión 127
Índice de autores 131
Índice bíblico 133
Versión definitiva de esta obra clásica de la reflexión teológica actual sobre Dios, que se completa con la amplia introducción redactada por el autor en 2007 para sus Obras completas.
En los inicios del tercer milenio retorna con fuerza el debate sobre Dios. Los mejores argumentos esgrimidos por el cristianismo ante el ateísmo y el agnosticismo encuentran un denominador común y un punto de partida indiscutidos en la figura de Jesús de Nazaret. A partir de ella se abre un nuevo horizonte para Dios y una posibilidad real de entendimiento y avance.
Cristo Jesús no revela, sin embargo, cualquier dios, sino un Dios comunional y convivial, en el que la trinidad divina se ofrece como hermenéutica y gramática de toda teología.
El libro que el lector tiene entre sus manos es, en definitiva, un buen manual y una excelente guía para adentrarse en el estudio de «De Deo uno et trino» en diálogo con el hombre actual.
Una obra sobre el amor, la solidaridad y la historia de la caridad en la vida de los cristianos. "Mirad cómo se aman", señalaban con admiración los paganos de los primeros cristianos. Probablemente, la única identidad de los cristianos es la de la caridad. Pero, ¿en qué consiste este amor, cómo lo manifestamos, de qué manera ha existido este sentimiento y este comportamiento a lo largo de nuestra historia? Estas son algunas de las grandes preguntas a las que intenta responder este libro. En él se hace un repaso de la historia de la caridad desde los grandes fundadores de instituciones eclesiásticas hasta las personas anónimas que aún hoy siguen trabajando por hacer una sociedad más compasiva y fraterna. Son ellos los que cumplen ese precepto que quiso Jesús para sus discípulos: "Por sus frutos los conoceréis".
Es la obra más representativa del pensamiento de Richard Swinburne y un clásico en la filosofía contemporánea. Analiza con profundidad y rigor la probabilidad de la existencia de Dios.
Hablar de la Virgen María no es hacerlo de una devoción incontrolada. Si uno viene a este libro a buscar un discurso piadoso, no lo encontrará. San Bernardo decía que la Virgen María no necesita de nuestras exageraciones. Los creyentes necesitamos una imagen de María ajustada al significado de su persona. Esta obra expresa en un lenguaje poco convencional el sentido de la figura de la Virgen María en la tradición de la Iglesia.
Nuestra sociedad, que pregona el amor líquido, maleable, a gusto del sujeto y de la ocasión, no confia mucho en el matrimonio porque no cree que existan tejidos sólidos. Este libro defiende el arte del tapiz, como en el mito de Aracne, porque Dios y el hombre trabajan al unísono en el telar del cuerpo y el tiempo humanos, y el matrimonio es la matriz donde se borda la imagen de ese hombre llamado a la comunión, convirtiéndose así en atalaya para observar el resto de sacramentos.