
Ante el cristiano que se interroga por el futuro de la fe y por su porvenir liberador, Moltmann plantea este futuro como cuestión teológica, pues la escatología no afecta sólo al «último día», sino a la totalidad de los días: la fe se hace esperanza.
Veintitantos años después de que Aristóteles replantease en sus mejores términos el problema socrático de la relación entre el conocimiento de lo moralmente correcto y la moralidad del cognoscente, Dietrich von Hildebrand intenta en esta obra salir por fin del círculo vicioso al que ese problema ha conducido siempre a la filosofía: que, para ser moralmente bueno es preciso saber cómo se debe obrar, pero, para saber cómo se debe obrar, es preciso, a su vez, ser moralmente bueno. Y en su intento descubre al mismo tiempo la mejor explicación conocida hasta hoy del singular fenómeno de la ceguera para los valores.
Este libro responde al imperativo bíblico: «Santificad a Cristo y dad razón de vuestra esperanza» Para ello hace memoria de sus hechos, discernimiento de su verdad y propuesta de su sentido. «Fundamentos» dice principios originarios y cimientos permanentes. El subtítulo de este segundo volumen «Meta y misiones» presupone la razonabilidad de la fe en Cristo y se adentra en la exposición de lo creído, en la lógica interna que lo anima, en la interacción entre los hechos históricos originadores del cristianismo y la experiencia interior resultan-te de sus diversos niveles de ejercicio: la celebración litúrgica, la acción misionera, la reflexión teológica, el testimonio martirial, las decisiones conciliares, el diálogo crítico con la razón y la colaboración con la conciencia histórica.
OLEGARIO GONZÁLEZ DE CARDEDAL, sacerdote, es catedrático de Teología en la Univ. Pontificia de Salamanca. De sus libros destacamos: "Jesús de Nazaret" (1993). "Cristología" (2001). "La entraña del cristianismo" (2003). "Y Dios" (2004)
El autor, en esta obra, subraya siempre la imprevisibilidad de la vida y la singularidad del proceso místico cristiano: iniciativa del Dios personal, conocido y alcanzado ante todo a través del amor, exento de todo intento de una presentación sistemática de la vida mística.
Por otra parte aunque el P. Bernard ha limitado voluntariamente su estudio en esta obra "a la mística reconocida por la Iglesia Católica", la lucidez de sus análisis le permite hacer numerosas referencias esclarecedoras al Oriente cristiano y a los místicos nos cristianos.
Desde la perspectiva de la persona el libro trata de aquellas conductas que, referidas más directamente a la persona como sujeto singular, sirven para su realización personal en conformidad con el designio salvador de Dios.
La consideración de la persona «en Cristo» permite, a su vez, concebir la conducta como respuesta del hombre a la vocación a realizarse como hijo de Dios en los distintos ámbitos de la existencia.
Para determinar los ámbitos en torno a los que cabe ordenar el estudio del comportamiento moral, se ha optado por atender a aquellos bienes fundamentales a los que por naturaleza tiende la persona: la vida, la sexualidad, la relación con los demás o la vida en sociedad y la verdad.
Más que la determinación de unas normas de conducta que señalen cómo se debe actuar, se centra el interés en mostrar el tipo y calidad de acciones capaces de llevar a la persona a realizarse como tal.
La vida religiosa es, de verdad, una pasión de Amor. Con las características propias del amor convertido en pasión: la totalidad en la entrega, la inmediatez en la relación con la persona amada y la absoluta gratuidad en la donación de sí mismo. Con renovado entusiasmo, el autor vuelve sobre los temas de siempre, consciente de que, mucho más que una refundación, la vida consagrada necesita, y con urgencia, reafirmar el fundamento, volver a su raíz viva y permanente.
Severino-María Alonso
(+) Misionero Claretiano (1933-2009). Doctor en Teología. Diplomado en Espiritualidad y Mariología. Catedrático de Teología de la Vida Consagrada en el Instituto Teológico de Vida Religiosa, de Madrid. Profesor en la Escuela “Regina Apostolorum”. Director de “Vida Religiosa” (1980-1986). Director del ITVR (1981-1987). Ha escrito innumerables libros y artículos sobre Teología de la vida consagrada y Teología de la vida espiritual cristiana. Toda su vida estuvo dedicada a profundizar en la teología de la Vida Consagrada, para presentarla a sus oyentes y lectores con la mayor competencia posible. En sus escritos se puede apreciar el profundo respiro de fresca novedad que el Concilio Vaticano II aportó a Iglesia y a la vida religiosa en ella.