En un libro más cercano al lenguaje oral que al escrito, el autor reúne doce lecciones dirigidas a universitarios de todos los saberes, y les presenta con sencillez al Tomás de Aquino más pensador. Al tratarse de alguien que ha sido considerado durante siglos como el “Doctor universal” del cristianismo, describir su fisonomía intelectual parece indispensable, por su enorme aportación a los fundamentos de nuestra cultura.
Sus páginas tratan cuestiones tan actuales como la importancia de respetar la argumentación contraria, la degeneración del discurso público, la enseñanza como forma de vida espiritual, la sobriedad del lenguaje como máxima apertura a la realidad, la coordinación entre lo natural y sabido con lo sobrenatural y creído, la secularidad, Occidente como proyecto histórico, la relación entre filosofía y teología, etc.
Compuesto en una fecha crítica para la política romana occidental, hacia finales del siglo V, y siguiendo el modelo literario de Jerónimo de Estridón, el De viris illustribus de Genadio de Marsella es una fuente ineludible para los estudios patrísticos y teológicos. Este texto ha cirtculado asociado al homónimo de Jerónimo y ha gozado de una enorme difusión, como permite observar la tradición manuscrita. A lo largo de una serie de breves noticas acerca de la producción letrada de hombres de Iglesia, algunos célebres y otros solo conocidos a través de esta obra, Genadio pone de manifiesto su interés por el ethos monástico, así como sus preocupaciones dogmáticas, y se permite expresar simpatías y desagrados, que contribuyen a situarlo en el mapa doctrinal del mundo romano tardío.
En Los arrianos del siglo IV, la primera investigación sistemática de envergadura publicada por Newman cuando aún era un joven clérigo anglicano, aborda la génesis, el desarrollo y consecuencias de la herejía arriana, la primera gran crisis de la Iglesia después de la época de las persecuciones. Aunque la obra se sitúa casi al inicio de la evolución del pensamiento de Newman, contiene algunas importantes intuiciones que el recientemente proclamado santo retomará en sus estudios posteriores. Planteada inicialmente como una historia de los concilios, el autor terminó abordando, con un enfoque más teológico que histórico, la evolución del grupo arriano en el periodo anterior al Concilio de Nicea y la actividad de san Atanasio. A lo largo del texto Newman combina la exposición sistemática y la narración histórica, al tiempo que va estableciendo una analogía entre el siglo IV y la situación contemporánea a partir de los temas y personajes que trata, comparando en varios capítulos la Iglesia anglicana de su época y aquella de los primeros siglos. En la reconstrucción histórica del arriansmo, destaca su aportación personal acerca del origen de la herejía en Antioquía, liberando así a la escuela de Alejandría de la acusación de ser en ella donde surgió. Sostiene también que el arrianismo estaba estrechamente relacionado con la escuela aristotélica de su época y, en especial, con los sofistas. John Henry Newman (Londres 1801 – Birmingham 1890) es sin duda uno de los pensadores cristianos con mayor influencia en la actualidad, especialmente en el mundo anglosajón. Ordenado sacerdote anglicano en 1825, durante los años siguientes fue uno de los principales impulsores del Movimiento de Oxford, cuya aspiración principal era que la Iglesia de Inglaterra volviera a sus raíces católicas. Tras un largo proceso, sus estudios sobre los Padres de la Iglesia le acaban llevando a convertirse al catolicismo en 1845, siendo ordenado sacerdote católico en 1847. En 1879 fue nombrado cardenal por el papa León XIII. Considerado por muchos como uno de los inspiradores del Concilio Vaticano II, en 1991 fue declarado Venerable por san Juan Pablo II. En 2010 beatificado por Benedicto XVI y el 13 de octubre de 2019 canonizado por el papa Francisco en Roma. Encuentro ha publicado en español buena parte de su extensa obra, de la que destacan Ensayo para contribuir a una Gramática del Asentimiento, Apologia pro vita sua, Suyo con afecto y los Sermones parroquiales (ocho volúmenes).
Hay personas cuyas vidas pueden explicarse desde una sola coordenada vital o un solo rasgo del propio carácter, que ha llegado a ser eje central de su existencia. Es el caso de la amistad de san Agustín. Algunas vidas pueden explicarse desde una sola coordenada vital o un solo rasgo de su carácter, que llega a ser eje central de su existencia. Este es el caso, según Teófilo Viñas, de san Agustín. La amistad puede explicar todo lo que hizo y vivió aquel hombre extraordinario. En una primera parte aborda cómo definía y vivía él la amistad, y cómo esta fue madurando desde su niñez hasta su ordenación sacerdotal en el año 391. La segunda parte ofrece, a través de sus cartas, una hermosa panorámica de la amistad que mantuvo con numerosas personas, también con quienes no compartían su fe. TEÓFILO VIÑAS ROMÁN, O.S.A. (Andavias, Zamora) es doctor en Teología por la Universidad de Salamanca, fue ordenado sacerdote en 1956 y es un reconocido experto sobre la doctrina y la obra de san Agustín. Es autor de numerosos libros y artículos de investigación y desde 2003 es director de la revista La Ciudad de Dios.
Para entender mejor los discursos que integran el presente volumen conviene tener en cuenta, entre otras cosas, que en ellos ocupan un lugar preeminente los debates doctrinales que el Nacianceno tuvo que entablar con sus oponentes, para aclarar sus personales puntos de vista y, en sentido contrario, rebatir las opiniones erróneas de sus interlocutores desde el punto de vista teológico.
Estas diez piezas oratorias fueron desarrolladas por nuestro Gregorio en el espacio de dos años, durante los años 379 y 380, y dejan traslucir las grandes dotes del teólogo y pastor, las dos actividades que consumieron los mejores años del Nacianceno.
Edición bilingüe con el texto latino de la edición crítica leonina. Reimpresión de la edición de 1955.
Traducción y anotaciones por una comisión de PP. Dominicos presidida por Francisco Barbado Viejo, OP.
Este décimosegundo volumen comprende: Tratado de la vida de Cristo Verbo encarnado, versión e introudcciones Alberto Colunga, OP.
Introducción a algunos Padres de la Iglesia, con la ayuda de una antología de sus principales textos. La selección trata de subrayar los aspectos bíblicos de textos que suponen una continuación natural de la Escritura. A menudo se trata de textos contemporáneos al Nuevo Testamento, aunque no se les considere dentro del canon de libros inspirados incluidos en la Biblia.
Será de gran ayuda para el estudiante y para todo el que busque profundizar en autores como san Ignacio de Antioquía, san Justino, Tertuliano y Orígenes, san Atanasio, san Juan Crisóstomo, san Isidoro de Sevilla o san Agustín, entre otros.
Jerónimo Leal es profesor de Patrología en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz. Es doctor por el Instituto Patrístico Augustinianum de Roma, donde también desarrolla tareas docentes. Es autor de varios libros, como La antropología de Tertuliano; Tertuliano, a los paganos. El testimonio del alma; Actas latinas de los mártires africanos; Credibile... quia ineptum: Tertuliano y el problema de la interpretación, etc. Con Rialp ha publicado Los primeros cristianos en Roma.
“Quien quiere vivir tiene dónde vivir. Acérquese, crea, forme parte de este cuerpo para ser vivificado. No rehúye la compañía de sus miembros”. Este texto de san Agustín sintetiza magníficamente el contenido de esta obra, que afronta la cuestión de cómo la Iglesia es un lugar habitable, una morada donde vivir la vocación a la felicidad que alberga el corazón de todo hombre. En un mundo donde el afecto de pertenencia se pone en entredicho y la desafección hacia la Iglesia crece, se trata de mostrar en qué modo la comunión eclesial es un espacio de verdadera libertad, un ambiente en el que aspirar a la santidad. Juan de Dios Larrú, DCJM (Madrid 1962), es ingeniero industrial del ICAI por la Universidad Pontificia Comillas y doctor en Teología por el Instituto Juan Pablo II para estudios sobre matrimonio y familia. En la actualidad es profesor numerario de Teología moral en la Facultad de Teología de la Universidad San Dámaso de Madrid. De su amplia bibliografía, pueden destacarse El éxodo de la moral fundamental (2010), El sello en el corazón, Ensayo de espiritualidad matrimonial y familiar (2015) y la familia, escuela de la misericordia divina (2016), publicado en la BAC.
Tras la predicación apostólica la Iglesia cotinuó su camino de la mano de los Padres. Estos santos e insignes escritores de los primeros siglos han dejado, como testigos privilegiados de la Tradición vivificada por el Espíritu Santo, una profunda y original huella de fe y vida cristiana para siempre.
Recibir la herencia de los Padres, conocer y estudiar sus escritos, su vida y sus enseñanzas, constituye una extraordinaria fuente de riqueza cultural, espiritual y apostólica para el cristiano del siglo XXI.
Los escritos de este obispo de Alejandría han marcado de manera decisiva la interpretación de un período crucial en el desarrollo de la enseñanza cristiana, en especial de la cristológica y de la teología trinitaria.
Junto a la narración y a la interpretación de las décadas que siguieron al gran Concilio de Nicea, Sobre los sínodos transmite además una amplia serie de documentos, citados por Atanasio, que permiten entrar en contacto directo con otros protagonistas de la controversia. Entre ellos se destacan la carta de Arrio a Alejandro de Alejandría, algunos fragmentos de las obras de Dionisio de Alejandría y de Asterio de Capadocia, y más de quince documentos sinodales entre fórmulas de fe, cartas y cánones.
Sobre los sínodos de Rímini, en Italia, y de Seleucia, en Isauria fue redactado por Atanasio cuando se encontraba escondido en algún lugar de Egipto, durante el año 359, justo después de la celebración de estas dos asambleas sinodales.
En términos generales, la obra se divide en tres partes: la descripción de los sínodos de Rímini y Seleucia (cc. 1-14); la colección comentada de documentos arrianos (cc. 15-32) y, finalmente, la sección teológica, cuya primera parte está dedicada a combatir a los homeos y anomeos (cc. 33-40) y la segunda, a atraer a los homoiousianos.