La Eucaristía es un inefable misterio de fe. Un misterio porque la razón humana se encuentra ante una verdad que no es capaz de conocer sin la ayuda de la revelación y de la fe. N o obstante en este misterio se nos revela el secreto divino (cfr. Ef 1, 9; 3, 9; 1 Co 2, 7), el designio del Dios vivo, Uno y Trino, de salvar al hombre en Cristo, y se nos ofrece también la posibilidad de encontrarnos personalmente con Él. En efecto, cada vez que la Iglesia celebra la Eucaristía, Jesucristo se hace presente en los signos sacramentales del pan y del vino en el acto de ofrecer su vida al Padre por la redención de la humanidad. En Él y con Él se hace presente su obra salvífica, el sacrificio de nuestra redención en la plenitud del misterio pascual de su pasión, muerte y resurrección gloriosa. No se trata de una presencia estática, mera- mente pasiva, porque el Señor se hace presente con el dinamismo de su amor salvador: en la Eucaristía Él nos invita a acoger la salvación que nos ofrece y a recibir el don de su cuerpo y de su sangre como alimento de vida eterna, permitiéndonos entrar en comunión con Él -con su persona y su sacrificio-y en comunión con todos los miembros de su cuerpo místico que es la Iglesia. La finalidad del presente libro es contribuir a un mayor conocimiento de este misterio de fe, para acoger con más amor el don de Cristo. Se esfuerza por conducir el discurso de modo rigurosamente teológico y a la vez accesible a los cristianos interesados en profundizar su formación doctrinal.
Subsidio a la tercera edición del Misal Romano para la concelebración de la Eucaristía con las plegarias Eucarísticas I, II, III y IV; plegarias eucarísticas de la reconciliación (I y II) y plegarias eucarísticas que pueden usarse en las misas en diversas circunstancias (I, II, III y IV).
Texto oficial para el uso litúrgico en todas las diócesis de España.
Este libro contiene diez homilías predicadas durante los años 1986 y 1999, en la iglesia de Sankt Johannes de Pentling, cerca de Ratisbona. Allí el entonces profesor Ratzinger había vivido durante los años setenta hasta que fue nombrado arzobispo de Múnich y Frisinga en 1977. El interés de estas páginas no es por tanto tan solo biográfico, sino también histórico y teológico. Entre los temas abordados, figuran no solo el misterio del amor de Dios o la naturaleza sacramental de la Iglesia, sino también el significado de la adoración y la escatología, la necesidad del esfuerzo personal en la vida cristiana y la eucaristía como centro de la vida cristiana, la actuación de los católicos en la vida pública y la santificación del mundo, la relación entre verdad y libertad, fe y razón o política y religión. Incluso en la última homilía abordaba el primado petrino, que el editor ha dejado al final tal vez no solo por ser la última, sino también sugiriendo un cierto contenido profético. Si se cotejan los temas abordados con los documentos emanados por las Congregaciones romanas en las que el cardenal bávaro trabajaba, pueden advertirse también interesantes paralelismos.
«Evangelio 2017. Camino, verdad y vida - Ciclo A» nos ofrece los Evangelios que se proclaman en la Misa diaria. Dedica una página para cada día, de lunes a sábado, y una doble página para los domingos, que incorporan todas las lecturas y la antífona del salmo responsorial. Cada día ofrece un comentario pastoral y espiritual, precedido de un titular, y una sencilla oración. La página se complementa con el tiempo litúrgico correspondiente, la semana del salterio para la Liturgia de las Horas, la abreviatura de las lecturas del día, la memoria litúrgica, el santoral completo y la jornada conmemorativa para determinados días del año. El Evangelio ofrece, además, el Ordinario de la Misa, un calendario litúrgico, un índice alfabético de santos y advocaciones marianas, con la fecha de su celebración, un compendio de las principales oraciones del cristiano y un examen de conciencia en treinta preguntas.
La merecida fama de brillantez intelectual y elegancia literaria de Josep Ratzinger no se limita a su admirada obra teológica, sino que se pone de manifiesto también, de forma muy significativa, en lo que ha constituido su principal modo de dirigirse al pueblo de Dios durante su pontificado: sus homilías. Constructor de Iglesia y acérrimo defensor de sus cimientos, como sus maestros en la fe san Pablo y san Agustín, Benedicto XVI, según lo que nos revela el presente volumen de Ediciones Cristiandad, ha cuidado con detalle cada párrafo de sus homilías, consciente, sin duda, de que terminarían siendo referencias del pensamiento católico contemporáneo.