¿Cómo hablar de Dios a la gente de hoy, sobre todo a jóvenes? ¿Cuál es el lenguaje que entienden? En esta selección de meditaciones, el autor les muestra la espléndida aventura que es la búsqueda de Dios, y la grandeza de la tarea que tienen por delante.
De un modo cercano y alentador, les anima a nadar contra corriente y a comprometerse con su fe, dando testimonio de Cristo con todas sus consecuencias.
La puerta angosta constituye una gran ayuda para la lectura espiritual y la oración.
Federico Suárez nació en Valencia en 1917, y falleció en Madrid en 2005. Fue Catedrático de Historia Moderna y Contemporánea, y sacerdote desde 1948. Paralelamente a su trabajo como historiador, desarrolló una intensa labor pastoral con universitarios y sacerdotes, que dio lugar a muchos libros.
En Patmos destacan, además de éste: La Virgen Nuestra Señora; Después de esta vida; La pasión de Nuestro Señor Jesucristo; La paz os dejo; El sacerdote y su ministerio; José, esposo de María; y El sacrificio del Altar, que han conocido numerosas ediciones
El autor pretende sólo una cosa: que el lector haga oración. Por eso, con un lenguaje muy sencillo y dialogante, el lector entenderá porqué el cristiano debe hacer oración y porque tiene que estar en presencia de Dios todos los días.
A través del libro el autor pretende sólo una cosa: que el lector haga oración. Por eso, con un lenguaje muy sencillo y dialogante, el lector entenderá porqué el cristiano debe hacer oración y porque tiene que estar en presencia de Dios todos los días.
Este conjunto de estudios sobre la dimensión psicológica de la vocación quiere prestar un servicio a los catequistas, sacerdotes, religiosos y religiosas que se dedican a tareas de animación vocacional. Analiza el tema desde distintos ángulos aportando contenidos teóricos, propuestas pedagógicas concretas y ejemplos orientadores.
¿Cómo presentarle a un adolescente la vocación como don de Dios? ¿Cómo explicarle que ese don ha de cultivarlo a partir de su personalidad, con sus cualidades y limitaciones, virtudes y defectos? ¿Cómo situarle ante la vocación religiosa de una manera natural?
Este es el gran triunfo del hombre: pedir perdón y volver a comenzar. Todo un arte y todo un clásico en la literatura de la espiritualidad cristiana.
Alguien ha dicho que quien quiera que, después de una falta, medite algunas líneas de esta obra encuentra en ellas, con la ayuda del Salvador, la gracia para levantarse de nuevo.
Este precioso libro es un clásico de la literatura espiritual, cuyas constantes reediciones muestran la necesidad que tienen los hombres y mujeres de nuestro tiempo de ahondar en la bondad divina, de descansar en la misericordia infinita de Dios para descubrir la generosidad de su amor y hallar la paz.
Con su estilo ameno y liviano, Trese nos ayuda a renovar y a actualizar las verdades básicas de nuestra vida espiritual.
Trese desea llevar a sus lectores a una piedad doctrinal. Para él, un "católico práctico, que desea tomar en serio su vocación -amar a Dios por encima de todas las cosas, alcanzar la santidad- debe hacer de la lectura espiritual algo habitual, algo que forme parte de su plan de vida, una práctica diaria o, por lo menos, semanal". Para que esa lectura sea eficaz, el autor desea llevar al lector al encuentro, una y otra vez, con las verdades básicas de nuestra religión que renuevan nuestras motivaciones, recargan nuestras baterías espirituales y nos conducen a un progreso espiritual: el fin de nuestra vida, la dicha del Cielo, la malicia del pecado, el horror al infierno, la realidad de nuestra muerte y del juicio, los sacramentos, especialmente el de la Reconciliación y el de la Eucaristía, la caridad con Cristo, el amor al prójimo, la muerte de un buen cristiano....
Francisco Luna nos habla, con su estilo vivo y ameno, de la fuerza, belleza y valor de esta virtud, especialmente vivida y amada por Jesús y su Madre, la Virgen María.
"La humildad -señala el autor- es una virtud que apenas llama la atención. La alegría es luminosa, la audacia, espectacular... Esto no quiere decir que sea verdadera la idea popular que la presenta macilenta, con aire triste y cuello torcido".
Este es el gran triunfo del hombre: pedir perdón y volver a comenzar. Todo un arte y todo un clásico en la literatura de la espiritualidad cristiana.
Alguien ha dicho que quien quiera que, después de una falta, medite algunas líneas de esta obra encuentra en ellas, con la ayuda del Salvador, la gracia para levantarse de nuevo.
Este precioso libro es un clásico de la literatura espiritual, cuyas constantes reediciones muestran la necesidad que tienen los hombres y mujeres de nuestro tiempo de ahondar en la bondad divina, de descansar en la misericordia infinita de Dios para descubrir la generosidad de su amor y hallar la paz.
Todo el ir y venir de Cristo resucitado entre los apóstoles y los discípulos, durante cuarenta días, es un esfuerzo por hacerles entender que no están soñando, que están viviendo una realidad.
La resurrección de Cristo es el fundamento de la fe en él, que profesa el cristianismo. El autor reflexiona acerca del testimonio que de la resurrección nos proporciona la Sagrada Escritura. Se trata de un comentario espiritual en torno a la vida nueva que la fe nos permite vivir, una vida con Cristo resucitado.
“Esta será la alianza que concluiré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mi ley en su interior, la escribiré en su corazón” (Jr 31, 33). De cómo disponer ese corazón para que la grafía divina no sólo no resulte borrosa e ilegible, sino más bien nítida e indeleble, de eso trata este precioso librito