En este impresionante testimonio personal, Robert Hugh Benson -hijo de uno de los principales dignatarios de la Iglesia anglicana de principios de siglo- describe el arduo camino que le llevó a la Iglesia Catolica: las encrucijadas, los obstáculos y los pasos angostos.
"El cardenal Newman equipara las sensaciones de quien se convierte al catolicismo con las de alguien que, después de haber vagado toda la noche por una ciudad encantada, mira hacia atrás al amanecer y comprueba que los edificios han desaparecido, que se han disipado -como los fantasmas y la niebla- bajo la luz del naciente día".
Así vive el autor su conversión. Benson llega a la Ciudad de Dios no por una senda de entusiasmo y sentimentalismo, sino por la desnuda y sólida convicción de la verdad.
Robert Hugh Benson nació en 1871, y fue el hijo menor de Edward White Benson, entonces arzobispo de Canterbury. Robert llegó a ser clérigo anglicano y sirvió en varias parroquias, antes de convertirse al catolicismo en 1903. Después de estudiar en Roma fue ordenado sacerdote.
Durante los últimos seis años de su vida, y debido a su delicada salud, fue dispensado de algunas de sus labores. A partir de entonces su ardor por difundir la fe católica se plasma en una prolífica obra literaria, que abarca novelas, poesía, obras de teatro y libros de espiritualidad. Murió a los 43 años.
En su amplia bibliografía destaca La amistad de Cristo (5ª ed.), un magnífico libro de espiritualidad publicado por Rialp en la colección Patmos.
Cómo entender mejor el alma humana, y afrontar las etapas de un itinerario espiritual. Ilustrará de modo especial a quienes deben aconsejar a otros durante ese itinerario.
En una colección de Grandes Predicadores no podría faltar el genio y la chispa intelectual de Ronald Knox. Un retiro para los Laicos reúne, a modo de unos ejercicios Espirituales clásicos, un conjunto de meditaciones predicadas por Ronald Knox un período de varios años. Ordenadas en tres grupos de ocho reflexiones, el teólogo aborda los fundamentos de la vida espiritual, la vida de Nuestro Señor y abundantes cuestiones prácticas de vida cristiana. Aunque el estilo varíe de unos textos a otros por los distintos propósitos por los que fueron concebidos, sin embargo mantienen la unidad sustentada en su amor por las Sagradas Escrituras, la radicalidad del compromiso cristiano, y su brillo intelectual.
Con el ingenio y claridad de mente que le caracteriza, unido a su inconfundible humor británico, Knox se ocupa tanto de las grandes preguntas sobre el miedo a la muerte y el problema del sufrimiento o la libertad de espíritu en la oración, como de las pequeñas batallas que han de dirimirse con buen juicio en los asuntos cotidianos.
Un retiro para los Laicos nos permite ahondar en las profundidades de la fe católica sin perder de vista el día a día de nuestras luchas, preocupaciones y quehaceres, ayudándonos a recobrar el sentido de nuestro estar en el mundo: la santidad, no sólo como meta sino como camino de una vida vivida en plenitud.
Índice
PRESENTACIÓN….9
PRÓLOGO….13
I Desánimo en el retiro….15
II Vivo par Dios….27
III Hoy….39
IV El miedo a la muerte….51
V Velad….63
VI El mundo del futuro….75
VII El espíritu de fe….87
VIII El amor de Dios….97
IX Nuestro Señor y el joven rico….119
X Indiferencia de nuestro Señor ante las apariencias….131
XI Seis peldaños hasta el crucifijo….143
XII La Pasión vista por nuestro Señor….155
XIII El problema del sufrimiento….167
XIV El camino del amor….179
XV La muerte como realización….191
XVI El entierro….201
XVII La segunda conversión….223
XVIII El uso de las criaturas de Dios….233
XIX Sobre la bondad natural….243
XX Sobre las pruebas menores….255
XXI La libertad de espíritu en la oración….267
XXII El santo rosario….277
XXIII Santa María Magdalena….289
XXIV Serenidad de nuestra Señora….301
Juan de Ávila soñó ser misionero en Nueva España. Vendió su patrimonio y lo dio a los pobres, preparándose para el viaje. Pero el Consejo de Indias en Sevilla le cortó los vuelos. ¿Sacerdote secular?, ¿solo? Así no van misioneros al Nuevo Mundo. ¿Qué hacer con las alforjas repletas de tanta semilla? Los años 1520-1525 son de abundante cosecha en Alcalá: platonismo, artes clásicas, biblia, teología en triple vía (tomismo, escotismo, nominalismo de G. Biel). También escuela de oración individual. Juan de Ávila terminó siendo un profundo teólogo y un gran místico. Es autor de breves y preciosos tratados sobre el amor de Dios, la Eucaristía, el sacerdocio, el Espíritu Santo, y de cartas exquisitas de dirección espiritual. Pronunció largos sermones al pueblo e importantes pláticas a los jesuitas. Pero su obra literaria por antonomasia se llama «Audi, filia», fruto maduro del silencio pasado en la cárcel de la Inquisición, tesoro de la Iglesia como libro de dirección espiritual y gloria de las letras españolas, enjoyada con textos de la Biblia, que Juan «sabía de coro» (de memoria). ¡Dichosos aquellos que pueden ahora leerlo!ß
El Cristo de San Damián constituye una preciosa joya de arte y obra de profunda teología. Pero esta maravilla no ha sido aún descubierta ni gustada, tal como nos invita el salmo: «Gustad y ved qué bueno es el Señor». Para hacer conocer las insondables riquezas del Señor se escribe este libro, que constituye un trabajo de seria investigación, de larga maduración y de contemplación de un creyente-poeta. Este Crucifijo de San Damián es único porque representa el misterio pascual completo de Cristo: a la vez muerto, resucitado, subiendo a los cielos y derramando el Espíritu Santo. También ilumina el misterio de la Iglesia, tal como se aprecia en los personajes congregados a la sombra de un Cristo de la fraternidad. El autor se sirve de los escritos de San Juan como clave hermenéutica fundamental para explicar el Crucifijo. Acude, sobre todo, a su mejor intérprete: Francisco de Asís. Su vida entera y fecunda obra sólo se entienden desde el Crucifijo que le habló: «Francisco, repara mi casa que, como ves, esta en ruinas».
Francisco Contreras Molina, sacerdote claretiano, es catedrático de la Sagrada Escritura en la Facultad de Teología de Granada. Es autor de numerosos libros de exégesis bíblica, en especial de Apocalipsis, y al mismo tiempo poeta con diversos poemarios publicados.
La Hna. Lucía de Fátima narra los encuentros con la Virgen y sus mensajes. Grabado en CD + LIBRO
Una dona del segle IV fa un pelegrinatge a Terra Santa i en fa reviure les seves experiències amb un text ple d'interès i amenitat. Aquí oferim aquesta nova edició , preparada i presentada per Sebastià Janeres, i completada amb nous textos, d'una de les joies de la literatura cristiana antiga.
¿Es verdad lo que cuentan los Evangelios? ¿Me afecta a mí? Y si me afecta, ¿de qué modo?» son las preguntas que se plantea Benedicto XVI en el prólogo a su tercer libro, La infancia de Jesús que completa la trilogía de Jesús de Nazaret, cuyos dos primeros volúmenes han sido best sellers en todo el mundo.
El Papa explica en el prólogo que su libro sobre los llamados «Evangelios de la infancia» contenidos en las narraciones de Mateo y de Lucas «no es en realidad un tercer volumen sino una especie de pequeño ‘hall de entrada’ a los dos volúmenes anteriores sobre la figura y el mensaje de Jesús de Nazaret».
Benedicto XVI estudia los aspectos históricos y la interpretación de los textos, pero en una línea que tiende al presente, pues esos hechos de hace dos mil años tienen un impacto en nuestros días y en nuestras vidas.
El énfasis de Lucas en datar con precisión el nacimiento de Jesús «en el año decimoquinto del emperador Tiberio», señalando también los nombres del procurador de Judea, los tetrarcas de Galilea, Iturea y Traconítide, e incluso los nombres de los sumos sacerdotes de Jerusalén, muestra que «Jesús no nace y aparece en público en el vago ‘érase una vez’ de los mitos, sino que pertenece a un tiempo exactamente datable y a un área geográfica exactamente indicada».
En otro pasaje del libro, el Papa recuerda que «san Agustín ha interpretado el significado del pesebre con un pensamiento que, en un primer momento parece inconveniente pero, en cambio, examinado con más detalle, contiene una verdad profunda». El pesebre es «el lugar en que los animales reciben su alimento», y la presencia de Jesús recién nacido en un objeto de ese tipo en lugar de una cuna es una prefiguración temprana de la Eucaristía, que Jesús anunciará hacia el final de su vida pública e instituirá en la Última Cena en Jerusalén.
No temáis, porque os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto os servirá de señal: encontraréis a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Evangelio de Lucas, 2, 10-12