l Paráclito constituye la parte central de la gran trilogía teológica de Bulgákov sobre la Sabiduría divina, cuya mejor comprensión se logra desde la categoría de Divinohumanidad: la íntima y eterna comunión del amor trinitario con la creación, el hombre y el mundo, inaugurada en el Verbo Encarnado.
Al abordar el estudio de la Tercera Persona, en realidad se están planteando las grandes cuestiones con las que el hombre interroga a la fe en el final de la modernidad, sin olvidar los retos que la misma fe plantea a la humanidad del hombre.
El lector tiene entre sus manos una obra de madurez en la que se lleva a cabo una honda confesión de la fe ortodoxa en medio de las tormentas de la revolución y del exilio.
Sergui Bulgákov (1871-1944) es uno de los grandes teólogos rusos del siglo XX.
Edición preparada por Rafael Rubio de Urquía y Juan José Pérez Soba. Patrocinada por AEDOS (Asociación para el Estudio de la Doctrina Social de la Iglesia).
Colaboradores: J. J. Pérez-Soba, R. Rubio de Urquía, R. Aldana, J. Ballesteros Molero, J. de D. Larrú Ramos, J. R. Villar Saldaña, R. Alvira, J. Barraca y Mairal, U. Ferrer, A. Polaino-Lorente, P. Barrajón, M.-A. Martínez-Echevarría y Ortega, R. Gómez Pérez, A. González Enciso, M. Martínez Robles, G. Guitián, J. Otaduy, A. Martín Puerta, A. Muñoz Machado, M.ª I. Encinar del Pozo, F.-F. Muñoz Pérez, S. García Echevarría, A. Pancorbo del Rato, R. Manso Olivar, A. Argandoña Rámiz, G. Diéguez Cuervo, D. Melé i Carné, J. Urcelay Alonso, D. Negro Pavón, J. L. Bazán López, M. Herrero López, E. Martínez Albesa, J. A. García-Durán de Lara, Rafael del Río Villegas, N. López Moratalla, G. Galdón y José Andrés-Gallego.
El panorama inmenso al que nos abre la encíclica «Caritas in veritate» de Benedicto XVI se asemeja mucho a un bosque. Está llena de frutos y riqueza, pero se manifiesta con una exuberancia tal que puede llegar a abrumar al que se acerque a su lectura. En ella encontramos referencias a casi todos los campos del saber humano y de la vida en sociedad; no solo la política o la economía como objetos prioritarios de la doctrina social de la Iglesia, sino también a la educación, las ciencias humanas, la vida, la familia, etc. Cualquier estudioso de estas realidades se encuentra interpelado por su lectura, pero a partir de un horizonte de comprensión tan abierto que, cuando quiere profundizar en sus indicaciones, descubre pronto que pueden interpretarse en direcciones diversas, con la dificultad evidente de perderse en el camino.
Este libro, a diferencia de los primeros volúmenes aparecidos tras la elección del papa Francisco, pretende ayudar al lector a rezar. De modo que adentrarse en su persona, conocer su pensamiento, resulte aquí secundario. Estas páginas son, sobre todo, una ayuda para hablar con Dios sobre los temas que al Papa le preocupan. Desde su primera aparición pública puso a rezar a los miles de fieles, que en ese momento le escuchaban expectantes en la Plaza de San Pedro. Primero por el papa emérito Benedicto XVI y, tras pedir oraciones de unos por otros, a orar en silencio por él para que el Señor lo bendijese. Y, antes de despedirse, añadió: "mañana quisiera ir a rezar a la Virgen, para que proteja a toda Roma". Sí, el verbo más empleado en su primera aparición fue este: rezar. Y de ahí que estas páginas quieran responder a ese primer deseo del Pontífice. Para ello hemos entresacado de todas sus intervenciones públicas desde que fue nombrado cardenal por Juan Pablo II -21 de febrero de 2001- aquellos pasajes que puedan empujarnos y enseñarnos a rezar.
Karol Wojtyla —más tarde papa Juan Pablo II—, la figura más representativa del renacimiento filosófico-teológico polaco de la posguerra, nos ofrece en este libro el primer jalón —las primicias— de su trayectoria de pensador, medularmente centrada en la comprensión y en la explicación del hombre cristiano.
Traducción del texto original (Doctrina de fide apud S. Ioannem a Cruce) e introducción de Álvaro Huerga.
Por primera vez se reúnen en un libro los principales textos escritos por el Santo Padre desde el inicio de su pontificado.
La Iglesia católica parece haber iniciado el camino hacia una modernización largamente reclamada desde diversos sectores sociales. El papa Francisco aboga por una nueva forma de entender la religión: frente al juicio acerca de conductas y decisiones individuales o la estricta observancia de una tradición que comienza a vislumbrarse sobrepasada por los vaivenes de un mundo en constante cambio, la comunidad católica ha de expresar su vocación de estar junto a los excluidos y los que sufren. Los escritos que se recogen en estas páginas son el testimonio de la vocación integradora del papa, partidario de una Iglesia para todos.
Si algo busca siempre un pastor es encender la llama de la Esperanza en su pueblo. Ella es, en definitiva, la que lo sostiene todo en el corazón creyente. Pero no nos engañemos: la fe no nos ahorra las dificultades ni los contratiempos de la vida. No siempre es fácil caminar. A veces el combate de la vida se vuelve arduo y cansado, hasta el punto de vernos tentados de desesperanza.Estos escritos guardan un tono positivo, de resurrección. Nos halan de la Pascua, de "hacer memoria", de caminar siempre de nuevo, de salir, de evangelización... de Esperanza.Francisco nos invita a dejarnos seducir por la certeza de la promesa: "yo estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos". No tengamos miedo. "¿Miedo a qué? - dice Francisco - . No tengas miedo a la Esperanza... porque la Esperanza nunca defrauda".
Con bello estilo y afán de clarificar las cuestiones de modo sugestivo, los autores nos invitan a descubrir la importancia de la fecundidad en diversas vertientes: la potente palabra divina, la familia abierta al prodigio de la vida, la comunidad religiosa? Al tiempo que describen sus temas, los autores ponen en vibración nuestra capacidad imaginativa y nos ayudan a descubrir la riqueza de nuestra existencia. Nos vemos llamados a ser fecundos en la vida diaria, por cuanto nuestro ser es fruto de una llamada generosa, y nos pide una respuesta de agradecimiento. Desde un principio, estamos encauzados por el fecundo esquema apelación-respuesta, que nos orienta hacia el acontecimiento de encuentro, por el que pasan las vías más fértiles de la fecundidad humana.Este libro nos depara una deliciosa lectura, que recuerda la parábola del sembrador. Los autores esparcen mil semillas, pero no a voleo, sino con buen orden, que es fuente de la más alta belleza? (Alfonso López Quintás).