El conjunto de los relatos del padre Brown, escrito a lo largo de más de veinte años, constituye quizá la obra más popular de Chesterton. El simpático cura-detective que los protagoniza resuelve en ellos, armado únicamente con su paraguas, su inocencia y su sabiduría, intrincados casos gracias a un conocimiento sencillo a la par que profundo de la naturaleza humana.
Frente a la destrucción sistemática de la razón, propia del escepticismo y el relativismo de la Europa de inicios del siglo XX, Chesterton crea este singular personaje --basado en su amigo el sacerdote irlandés John O'Connor y que es ya parte del imaginario de la cultura inglesa junto a otras figuras detectivescas como Sherlock Holmes o Hercules Poirot-- para mostrar que sólo una mirada sincera y que reconozca el misterio que la realidad encierra es capaz de salvaguardar la razón.
Además de los cinco relatos ampliamente conocidos, el presente volumen incluye otros tres que no aparecieron en las ediciones originales: El caso Donnington, publicado en The Premier Magazine, La vampiresa del pueblo, aparecido en Strand Magazine y probablemente el primer relato de una nueva colección, y La máscara de Midas, texto en el que Chesterton estaba trabajando cuando le sobrevino su enfermedad final en 1936.
El texto, ingenioso y humorístico, tiene la inconfundible marca chestertoniana. La utopía capitalista y otros ensayos, publicado en 1917 e inédito en español, es un agudo, e irónico análisis del capitalismo que, a pesar del tiempo trascurrido, conserva gran actualidad y vigor. Denuncia el servilismo de la prensa, la corrupción de los ministros, la excesiva concentración de la riqueza en pocas manos, la mentalidad eugenésica..., al tiempo que realiza propuestas que hoy son también necesarias: la empresa familiar, la mejora en la distribución de la propiedad, el sistema de protección social basado en la auto-organización, no en la dependencia del Estado... Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) fue un periodista incansable y autor de una vasta producción de ensayos, novelas, biografías, poemas, libros sobre literatura, filosofía, teología, historia, libros de viajes...
Este libro recoge, por primera vez en lengua española, todos los artículos y ensayos breves sobre cuestiones religiosas que el autor escribió tras su conversión en 1922.
Esta obra se convierte así en una referencia para conocer el pensamiento del Chesterton apologeta de la fe. Unas páginas que ponen de manifiesto su extraordinaria capacidad para discurrir sobre las cuestiones más elevadas con una genialidad y sencillez incomparables.
“La dificultad de explicar «por qué soy católico» radica en el hecho de que existen diez mil razones para ello, aunque todas acaban resumiéndose en una sola: que la religión católica es verdadera”. He aquí la causa por la que el 30 de julio de 1922, G. K. Chesterton deseó ser acogido en el seno de la Iglesia Católica. Sin embargo, la travesía espiritual seguida hasta entonces por este grandísimo escritor no fue breve ni estuvo exenta de obstáculos, lo cual muestra su honestidad a la hora de encarar su conversión.
En la Inglaterra de entonces, donde la Iglesia católica era muy poco popular, Chesterton hubo de responder en numerosas ocasiones por los motivos de su bautismo. No obstante, fiel a su personalidad sencilla y directa, Chesterton no escamoteó la cuestión ni los ataques y siempre defendió públicamente su fe y la racionalidad del Cristianismo. Esas respuestas, dadas en muchas ocasiones en forma de artículos o ensayos breves, se encuentran en este volumen, que sigue la edición americana de la editorial Ignatius, de las obras completas de G.K. Chesterton.
El autor:
Gilbert K. Chesterton nació en Londres el 29 de mayo de 1874. Desde muy pequeño mostró un gran interés por las letras, aprendiéndose poesías de Shakespeare de memoria, aun cuando no sabía cuál era el significado de las palabras. Inquieto, siempre mantuvo una fuerte tensión religiosa. Educado en el anglicanismo, paso momentos muy alejado de la fe, y en 1922, tras un proceso personal que duró varios años, pasó a formar parte de la Iglesia católica.
Cultivó la crítica, el ensayo, la novela, la lírica, el relato breve y la redacción periodística. Sus obras gozaron de gran celebridad desde el primer momento, y fue un notorio polemista conocido tanto en Gran Bretaña como en Estados Unidos. Tras su muerte, el 14 de junio de 1936, el papa Pío XI le otorgó el título de Defensor Fidei
Cristiandad reedita este clásico escrito en 1925 por el genial escritor inglés, con la novedad de incorporar un prólogo de Juan Manuel de Prada. Éste define a El hombre eterno como “pináculo” con el que culmina la experiencia que llevó a Chesterton a la conversión al catolicismo. Un periplo iniciado a partir de la curiosidad respecto a una institución a la que todos criticaban, y cuya doctrina y realidad sin embargo resistía a los tópicos. Un periplo si se quiere lógico, pues de Chesterton puede decirse algo semejante: que su obra resiste al paso del tiempo porque está construida sobre el sentido común, y no sobre la imaginación, a lomos de la cual, ayer y hoy, triunfan los escritores de éxito efímero.
Chesterton escribió esta obra en cierto modo respondiendo al materialismo de la Breve Historia del Mundo publicada en 1921 por Herbert George Wells. Si bien las fantasías bélico-cientificistas de este autor siguen siendo conocidas, no lo es aquél ensayo sobre la historia, en el que imbuido de un evolucionismo decimonónico venía a negar que, a fin de cuentas, el hombre significara una novedad respecto al mundo animal, y que a su vez Cristo añadiera algo original respecto a lo dicho por otros tantos hombres. A Chesterton le basta el sentido común para mostrar que el paso del tiempo de por sí no lo explica todo, que existen revoluciones y que el hombre es algo peculiar dentro del mundo, como lo es la persona de Cristo y el cristianismo en la historia humana. Reflexiones sobre algo aparentemente obvio, pero que hoy como hace 80 años conviene repensar.