
Este último volumen plantea el problema más vital parta el cristiano: el modo propio de vivir entre el Bautismo y la Parusía. Esta dimensión de la vida personal se contempla desde una perspectiva sacramental, profundizando en los sacramentos personales que posibilitan el crecimiento de la persona cristiana. Todo ello conduce a la doctrina de la escatología como culminación de toda la historia de la Salvación: el juicio divino. Juicio de misericordia realizado por Cristo que será la salvación de la Historia.
Este volumen incide en uno de los aspectos más interesantes de los actuales debates historiográficos: la cuestión religiosa en la independencia de la América hispana, y, más en particular, la implicación de la jerarquía eclesiástica y del clero secular y regular en el proceso. El americanismo reconoce el importante papel del clero en la revolución, tanto por su compromiso con la elite ilustrada que dirigió la marcha de los acontecimientos, como por el papel dirigente que tradicionalmente había desempeñado en las sociedades coloniales del Antiguo Régimen. De este modo, muchos eclesiásticos contribuyeron de forma relevante a la conformación jurídica de las nuevas naciones, que surgieron así corno repúblicas católicas, al menos en sus primeros momentos. En todo caso, los nuevos dirigentes políticos, con muy pocas excepciones, reconocieron la absoluta necesidad de respetar a la Iglesia y la religión católicas corno uno de los elementos clave para lograr la unidad de los muy diferentes grupos sociales en torno al nuevo proyecto republicano.