Al saber que el Espíritu Santo actúa eficazmente y sin cansancio en quienes le abren la puerta de su libertad y se entregan dócilmente a su acción amorosa, debemos preguntarnos por qué su presencia en nuestra vida no ha sido más fructuosa, y ver lo que debemos hacer para que lo sea en adelante.
En este libro, Scott Hahn nos habla sobre el espíritu del Opus Dei; explica el papel que ha tenido en su conversión al catolicismo, y por qué las enseñanzas de san Josemaría Escrivá dan un sentido nuevo a todos los aspectos de su existencia.
Un testimonio iluminador que es a la vez una motivadora historia personal y una inspirada obra de la espiritualidad contemporánea.
Scott W. Hahn es profesor de Teología y Sagrada Escritura en la Franciscan University de Steubenville (Ohio), y ha sido nombrado por el Papa Benedicto XVI catedrático de Teología Bíblica y Proclamación Litúrgica del Saint Vincent Seminary (en Latrobe, Pennsylvania). Está casado y es padre de seis hijos.
Es autor de más de una docena de libros: Roma, dulce hogar; La Cena del Cordero; Dios te salve, Reina y Madre; Lo primero es el amor; Señor, ten piedad, Comprometidos con Dios y La fe es razonable, publicados por Rialp.
Hoy no está de moda hablar de Dios. Será quizá porque son pocos los hombres que hablan con Dios. El cristiano sabe que mal se puede hablar de Dios si no se tiene el valor de callar, de apagar los ruidos que a diario nos aturden. Hablar con Dios, hablar de Dios es, primero y fundamentalmente, callar nosotros y dejar que Dios nos hable, escucharle.
De la mano de uno de los teólogos más grandes de nuestro tiempo, H.U. von Balthasar, este libro acerca a la única y verdadera fuente de la oración cristiana: el encuentro personal con Jesús de Nazaret, Palabra definitiva de Dios a los hombres. Éste es también el principio que debe alimentar toda praxis verdaderamente liberadora en la vida del cristiano: en Jesús, Dios se encarnó y se hermanó de una vez para siempre con los hombres.
Pocos temas son tan sugerentes y necesarios en la vida cristiana como aprender el arte de la oración. Y más en una época como la nuestra, en la que escasean los maestros capaces de enseñar este camino.
A lo largo de las páginas de esta obra, Maximiliano Herráiz invita al lector a iniciarse en la experiencia de la oración de la mano de Teresa de Jesús y Juan de la Cruz. No se trata, por tanto, de ofrecer teorías novedosas, sino de recorrer un camino de fe en compañía de creyentes probados y personas completas que son capaces de percibir las honduras del alma humana y de adentrarse en el misterio de un Dios personal y amoroso.
La senda de la vida espiritual revela al hombre, en definitiva, su papel de aprendiz ante las cosas divinas. Y sin embargo, su lento y paciente avance le descubre que su vocación consiste en recrearse según la imagen del Hijo con la ayuda del Espíritu para morar en el hogar del Padre.
Nadie duda de que la mujer, como tema, es hoy uno de los de mayor actualidad. Edith lanzó ya en su tiempo un grito profético: "Una sociedad o estamento público o privado que prescinda de la mujer está desperdiciando uno de los valores más seguros de que disponemos los humanos". De ello trata aquí ella: de su formación y proyecció
Este libro no habla de Dios, habla desde Dios. No discute el misterio: nos introduce en él. Con la sabiduría espiritual que sólo una larga vida de estudio y oración puede dar, nos lleva al corazón de la Custodia adorable en la que vivimos, nos movemos y existimos, llevándonos de la mano de la luz iluminadora de las Sagradas Escrituras, de los textos de los Padres y de los grandes misterios de la fe: pensamientos, humildes y ardientes a un tiempo, lanzados hacia el abismo, eco de experiencias vividas y compartidas en la caridad.
El Pseudo Dionisio Areopagita, tres heroísmos en conjunción: Biblia, Filosofía y Religión. Tres dimensiones entrelazadas, elevadas seguro hasta las cumbres de santidad y ecumenismo universal Rudolf Otto, Thomas Merton, los jesuitas, H. de Lubac, Lasalle, W. Johnston... han puesto de relieve la relación entre la más profunda religiosidad del Oriente y Occidente. Como fuente de inspiración les han servido las obras del Pseudo Areopagita, cuya conclusión más gloriosa viene a ser la Subida del Monte Carmelo y las Noches de San Juan de la Cruz. Esta edición de sus obras completas se hace tomando como base el texto crítico editado en Gotinga (Alemania) el año 1989. “La teología y la espiritualidad cristianas son impensables sin el Pseudo Dionisio. Su obra conserva perenne frescura y constante actualidad, en particular para las almas cuya respiración es la profunda oración de cada día” (Olegario González de Cardedal).
El cristianismo no es simplemente una religión que cree en Dios y trata de unirse con El. Es la revelación de que Dios se ha hecho hombre. De manera simple, pero profunda, típica de este autor, recoge de la tradición espiritual de los que han creído en Cristo, algunos aspectos de la figura del Salvador que han inspirado la actualidad del mensaje evangélico a través de los siglos
Nuestro mundo busca padres y los expresa también con sucedáneos. También por esto -o sólo porque es la Persona trinitaria que envía y que, por tanto, permanece en el silencio fuera del tiempo-, el Padre es quizá la Persona divina con los rasgos más difíciles de describir. A esto se dedica este librito. El autor, después de haberse detenido en Cristo y en el Espíritu, ahora con palabras simples, pero teológica y espiritualmente profundas, nos introduce en lo que constituye el corazón de la revelación de Cristo y del Espíritu: el amor del Padre.
Obra magnífica y de excelente presentación cuyo título basta para explicitar su contenido. En tres partes claramente diferenciadas, recorre este conocido autor sus facetas más signi-ficativas de “joven seglar”, “joven carmelita”, hasta llegar a su misión carismática de vivir y contagiarnos lo de ser “Alabanza de Gloria” de la Trinidad. Algo que hay que interpretar como participación en el proyecto divino de transformación, que entraña la “gloria de Dios” (movimiento descendente) y la “gloria del hombre” (movimiento ascendente), en una unidad armónica de vocación y misión. Un libro en fin, en el que, desde una visión unitaria de su vida y escritos nos muestra su rica personalidad y la evidente proyección de su mensaje en la vida cristiana, religiosa y sacerdotal de hoy.
Hoy somos capaces de vivir mucho, pero de sentir muy poco. La modernidad ha secado la afectividad del hombre, porque la lógica racional en la que vive lo incapacita para aceptar el misterio de Dios. El hombre de hoy tiene que reencontrar su afectividad para poder recuperar, sentir, la presencia de Dios en su vida. Este es el caso de nuestra autora, que nos habla desde su experiencia con enfermas de SIDA. Sus profundas reflexiones, cargadas de sencillez evangélica, nos hacen sentir que, con toda verdad, Dios también está abajo.
María Luz Aldea Ferradal, natural de Ávila, realizó estudios de auxiliar administrativo y de auxiliar de enfermería. En la actualidad se dedica al cuidado de enfermos.