En torno a la Cuaresma, el cardenal Bergoglio -hoy Francisco- solía hablar a sus diocesanos de la misericordia, de ese amor de Dios que es más grande que nuestro pecado; de lo importante que es saberse amados infinita e incondicionalmente por Dios y de la alegría que nace del encuentro con Jesús. Palabras profundas y a la vez sencillas, tan amables y cercanas como comprometedoras.
El presente libro recoge las propuetas que durante varios años ofreció el papa Francisco a su Arquidiócesis en este senido. Hemos querido ofrecer esta selección útil de sus palabras. Son palabras al más puro estilo Francisco que invitan y mueven al creyente a superar toda indferencia. La lectura de estas páginas ayuará a vivir una Cuaresma con recogmiento, profundidad y sentido; aunque, igualmente, éste puede ser un libro que acompañe momentos importantes de retiro espiritual en cualquier época del año.
La «credibilidad» de la fe es objeto de la reflexión teológica, por cuanto afecta directamente a una vida cristiana que aspira a fundar sus pretensiones de modo razonable. Para el autor el cristianismo es una propuesta con sentido, digna de crédito también en una época de posmodernidad y de «nuevos ateísmos». Paradójicamente, un pensador lejano en el tiempo como santo Tomás de Aquino es capaz de introducirse en el diálogo con las corrientes del pensamiento actual. Sorprende que un teólogo sumergido en la meditación de la Biblia merezca hoy una atención particular en el paisaje contemporáneo para presentar la fe de manera atractiva e inspiradora. En este libro se dan cita una fructífera sensibilidad hacia la Tradición y una actitud de apertura crítica a la modernidad.
Este libro se centra en los retos planteados a los derechos humanos cuando estos se ven confrontados con los movimientos que reivindican la presencia de la religión en la esfera pública. Estos movimientos, crecientemente globalizados, y las teologías políticas que los sustentan, constituyen una gramática de defensa de la dignidad humana que rivaliza con la que subyace a los derechos humanos y muchas veces la contradice. Las concepciones y prácticas convencionales o hegemónicas de los derechos humanos no son capaces de enfrentarse a esos retos y ni siquiera imaginan que sea necesario hacerlo. Como procuran demostrar estas páginas, solo una concepción contrahegemónica de los derechos humanos puede estar a la altura de dichos desafíos.
Fabrice Hadjadj nació en Nanterre en 1971 de padres de ascendencia judía e ideología maoísta. Vivió su infancia entre Túnez y Francia. Convertido al catolicismo en 1998, ha ejercido como profesor de filosofía y literatura en Toulon. Es ensayista y dramaturgo, está casado con la actriz de teatro Siffreine Michel, de la que espera su sexto hijo y, en la actualidad, es director del Instituto Europeo de Estudios Antropológicos Philanthropos de Friburgo.
¿Puede ser Dios un tema de conversación? ¿Se le puede mencionar entre los resultados de la Champions y la predicción meteorológica? ¿No sería mucho mejor disertar sabiamente sobre él, colocándolo entre las antinomias de Kant y las genealogías de Nietzsche? ¿La misma boca que acaba de decir “¡Pásame la sal!”, o “Eres muy guapa, Mónica, ¿puedo subir a tomarme una copa contigo?”, podría decir algo acerca de la divinidad? Además, ¿la palabra “Dios” no es quizás una más entre otras dentro de nuestras frases, aunque lleve inicial mayúscula? ¿Acaso el Infinito se sostiene sobre cuatro letras corrientes (como el hombre finito en cinco)? ¿No lo rebajamos hablando de él cuando pretendemos exaltarlo? ¿No lo honramos hablando de él cuando queremos liberarnos para siempre de su presencia?
Hay al menos dos clases de personas que no se asustan ante estas dificultades: el fundamentalista y el ateo. Ambos hablan de Dios a diestro y siniestro. Eso hace que otros dos tipos se rebelen contra tanta arrogancia: el agnóstico y el criptocristiano. Ambos deciden no hablar de Dios para nada. Y luego están aquellos que no se encuentran en ninguna de estas cuatro facciones. Aquellos que creen que no pueden hablar de Dios, pero que menos aún pueden callar. Y ahí los tenemos tartamudeando, farfullando, balbuceando, como payasos que han de dar testimonio de algo que los supera… Son enviados como heraldos del “Reino”, y van a hacer la compra a los almacenes Leclerc. Son llamados “la luz del mundo”, y buscan a tientas el interruptor de su habitación. Finalmente, se saben hijos del Dios infinito y, no obstante, hijos de Lucette y de Ferdinand, finitos, extremadamente finitos…
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"Tantos hombres y mujeres, ancianos y chicos, tantos entre nostros, copartimos este camino con nuestros sufrimientos, nuestros abandonos, nuestros graves problemas.
Él nos precedió. Porque Él caminó por este camino de la Cruz, porque Él murió -y cada uno puede decir 'murió por mí'-, y porque resucitó y venicó a la muerte, por eso precisamente, tenemos Esperanza. Una Esperanza que nos impulsa a trabajar, a llevar el mundo adelante, a mirar a nuestro lado y a dar una mano a todos aquellos que hoy necesitan la ayuda para llevar la Cruz". (Jorge M. Bergoglio-Papa Francisco)
Creer en el amor. Posiblemente sea lo que todo hombre desea como luz para su vida. Por eso mismo, es un camino de conocimiento en el que se muestra el amado como aquel que nos promete una vida en plenitud. Esta realidad profundamente humana es la que Dios ha elegido para revelarnos su misterio, de forma que la fe cristiana tiene como objeto el Amor del Padre manifestado en Cristo. Este libro no quiere sino desvelar la riqueza humana y divina de esta dinámica amorosa, con un acento especial en su dimensión epistemológica que pide un estilo teo­lógico con unas características determi­nadas. De este modo, quiere ser una contribución al año de la fe y un des­arrollo de la enorme fecundidad de la doctrina de la Constitución Dei Verbum del Concilio Vaticano II. La compren­sión de la especificidad de la fe en el amor con su fundamento afectivo es un aspecto imprescindible para una teolo­gía adecuada a nuestro tiempo.
«Joseph Ratzinger ha señalado en el presente volumen de las Obras completas un camino para salir de la crisis en la que había caído el sacerdocio católico a causa de enfoques y explicaciones desde un punto de vista teológico y sociológico insuficientes, una crisis que había conducido a muchos sacerdotes que habían iniciado su camino con amor y celo a una inseguridad y desconcierto personales en cuanto a su papel en la Iglesia» († Gerhard Ludwig, obispo de Ratisbona).
Libertad en Ratzinger estudia las pautas con las que Joseph Ratzinger guía al que se aventura a atravesar la selva de la libertad. Sólo la alegre aceptación de lo que somos, nuestra verdad y nuestra libertad compartida, así como de la tarea con ello recibida, puede hacer de nuestra libertad un camino de plenitud y no de ahogamiento. El 2 de mayo de 2013, el Papa emérito Benedicto XVI ingresó al monasterio de clausura `Mater Ecclesiae` en el Vaticano, para continuar su vida en oración y silencio. El gesto de su renuncia realizada, como él mismo dijo, en plena libertad y por amor a Cristo y a su Iglesia, después de examinar su conciencia ante Dios y constatar su falta de fuerza física y espiritual, constituye un indesmentible testimonio de la plenitud que alcanza la vida cristiana conducida en la verdad y en la caridad. Este gesto da, por ello, un contenido vital al magisterio sobre la libertad que enseñó como teólogo y como pontífice, y que analiza brillantemente este magnífico trabajo de María Esther Gómez. ... El testimonio de Benedicto XVI hace completamente evidente que la libertad sólo se puede comprender desde su fundamento antropológico, es decir, como muy bien destaca la autora, no sólo desde la inteligencia de la razón y la rectitud de la voluntad, sino desde el deseo existencial más profundo del corazón
(Pedro Morandé)
En 1842, tras la aparición del sexto volumen, Newman había dado por terminada la publicación de la serie de sus Sermones parroquiales. En esos momentos se hallaba inmerso en el dramático proceso interior que culminaría con su conversión al catolicismo en 1845. Pero a petición de un amigo preparó para su publicación otros sermones que acabaron conformando los volúmenes séptimo y octavo de la serie. En este séptimo volumen se incluyen 18 sermones de diversas épocas y temáticas que abarcan desde el rechazo de la religión, la avaricia o la economía, hasta la unidad de la Iglesia, la crucifixión o la Eucaristía. En esta edición se incluye su último sermón como clérigo anglicano, Separarse de los amigos, escrito inmediatamente después de su dimisión como vicario de Saint Mary`s, el 25 de septiembre de 1843: una verdadera joya.
Presentamos las 26 catequesis del papa Francisco sobre la fe, pronunciadas en sus audiencias de los miércoles entre abril y diciembre de 2013.
Con ellas cerramos el ciclo de las catequesis para el Año de la fe que inició Benedicto XVI y que habían quedado interrumpidas a raíz de su renuncia, publicadas por Ciudad Nueva bajo el título Deseo de Dios
Siguiendo la estela de su antecesor, en estas catequesis Francisco ha recorrido el Credo, se ha detenido en el misterio de la Iglesia a la luz del Vaticano II y se ha fijado en María como imagen y modelo de la Iglesia.
El Papa establece en cada audiencia un diálogo directo con las personas reunidas en la Plaza de San Pedro, en particular con los jóvenes, a los que interpela y cuya respuesta espera.
A partir de ahí, describe y profundiza en una fe que se apoya en el amor y la confianza, que requiere paciencia y misericordia con uno mismo y con los demás y que construye una Iglesia «de puertas abiertas».
«La fe es un acto personal –dice el Papa–. Pero la fe la recibo de otros, en una familia, en una comunidad… La fe es un regalo de Dios que se nos da en la Iglesia y a través de la Iglesia. […] Amo una Iglesia no cerrada en su recinto, sino capaz de salir, de moverse, incluso con algún riesgo, para llevar a Cristo… a los extremos confines de la tierra».
Sale a la luz la 6ª Edición de este libro que llevaba agotado tiempo. Estas páginas escritas a la luz de la espiritualidad de San Josemaría Escrivá –y, por eso mismo, hondamente cristocéntricas–, ayudan a contemplar con profundidad intelectual y al mismo tiempo de manera práctica el Modelo del Hijo de Dios hecho hombre. El mensaje es claro e iluminante: si los cristianos se esfuerzan en vivir como lo que son, es decir, como hijos de Dios, llegan también a conocer y a amar con mayor intensidad a Jesucristo, y a sentirse cada vez más en Él hijos del Padre por el Espíritu Santo. Una preciosa obra escrita por dos especialistas que unen a su competencia teológica un particular conocimiento del Fundador del Opus Dei y de su espiritualidad.
Elaborado por expreso deseo de Juan Pablo II, este libro trata de exponer de manera sintética, pero exhaustiva, la enseñanza social de la Iglesia. Su lectura se propone, ante todo, para sostener y animar la acción de los cristianos en el campo social, especialmente de los fieles laicos, a los que les es propio este ámbito.