Tomáš Halík, uno de los autores religiosos más reconocidos internacionalmente en la actualidad, Premio Templeton (2014), plantea en esta obra su interesante posición ante el diálogo entre fe y ateísmo en la sociedad actual secularizada.
Para Halík, la paciencia es la principal diferencia entre la fe y el ateísmo. La fe, la esperanza y la caridad son las tres formas que asume la paciencia con Dios, tres modos de hacer frente a la experiencia del silencio y el ocultamiento de Dios, que los ateos interpretan como «muerte de Dios» y los fundamentalistas religiosos no toman suficientemente en serio.
Recurriendo a la historia bíblica del encuentro de Jesús con Zaqueo, Halík se dirige a todos los buscadores que permanecen al margen de la comunidad de creyentes -curiosos, pero sin compromiso-, invitándoles a practicar la paciencia como lugar de encuentro con los creyentes.
En la hoy tan bulliciosa feria de la mercancía religiosa, […] a veces me parece que con mi fe cristiana estoy más cerca de los escépticos, los ateos y los agnósticos. Con cierto tipo de ateos puedo compartir la percepción de la ausencia de Dios en el mundo. Considero, sin embargo, que su interpretación de ese fenómeno es una expresión de impaciencia.
El propósito de la presente obra es contribuir a la tarea común de seguir trabajando por una Iglesia y un cristianismo que se acerquen a su misión de anunciar al Deus humanissimus, cuyo único empeño es el bien de la humanidad, y, al mismo tiempo, introducir algo de claridad y acaso de serena esperanza en tiempos difíciles. Andrés Torres Queiruga analiza la génesis histórica del Concilio y la mutación que este supuso, ya que, según el autor, solo desde el núcleo de dichos cambios cabe reorientar la tarea fundamental de la Iglesia.
«Recordando un Concilio que tenía como meta decisiva el aggiornamento de la fe y la vida en la Iglesia, es obvio que aquí está abierto un frente sumamente decisivo, que, si no encuentra una justa solución, no solo se expone a una hermenéutica injusta con la mitad de las personas creyentes, sino que además es incomprensible para sus destinatarios en la cultura actual. [...] Puede jugarse entonces la misma credibilidad de la Iglesia, si se la percibe como ideológicamente prisionera de la propia historia, aun a costa de resistirse a las llamadas del presente y mostrarse infiel a sus propios orígenes.»
Frente a esa dinámica que Juan Pablo II definió proféticamente como «ricos cada vez más ricos a costa de pobres cada vez más pobres», el texto que el lector tiene en sus manos muestra que otra Iglesia y otro mundo son no solo posibles sino necesarios.
Como el autor señala con coraje, la Iglesia podría tener mucho que decir en la actual crisis si se mantuviese fiel al Evangelio y no quebrantase la voluntad de Dios apelando a tradiciones humanas, por lo que esta institución debería adoptar una actitud caracterizada por la resistencia, la profecía y la utopía; una utopía que se haga creíble «en pequeños gestos liberadores», en medio de tanta mentira, frustración y desesperación. Como el propio Castellanos sugiere, citando a Albert Camus, «ya que no tenemos poder contra el dolor, hagamos algo para solucionar la miseria».
Nueva edición
Bajo la dirección de Andreas R. Batlogg y Albert Raffelt
Con motivo del cincuentenario de la inauguración del Concilio Vaticano II, presentamos este texto de enorme vigencia, escrito por Karl Rahner a propósito de la clausura del evento y publicado por primera vez en 1966. En él, el autor expresa su convicción de que el Concilio es sólo la preparación del verdadero y más decisivo comienzo para la Iglesia, el de un proyecto para llevar a la realidad y a la práctica el espíritu y la letra de las discusiones conciliares.
Esta nueva edición se complementa con una introducción del cardenal Karl Lehman y un instructivo epílogo a cargo de los editores, Andreas R. Batlogg y Albert Raffelt, quienes analizan y contextualizan la obra.
«Constantemente tocamos la sinfonía inacabada de la gloria de Dios y nunca pasamos del ensayo general. Pero no por ello es vano, no por ello carece de sentido todo esfuerzo, toda reforma, siempre inconclusa e inconcluible.»
Karl Rahner
El autor pretende proseguir un diálogo - sincero, porque se trata de la búsqueda de la verdad, pero al mismo tiempo libre, porque la verdad no está atada-, iniciado hace tiempo en sus clases sobre el ministerio sacerdotal, con autores que presentaban una nueva visión del sacerdocio, pero teniendo en cuenta ahora las ricas perspectivas que abrió la teología en estos últimos años y con el sosiego que ofrece el transcurso del tiempo y la superación de lo más duro de la crisis. y lo hace, porque es necesario volver continuamente a refelxionar sobre lo verdaderamente nuclear y permanente del sacerdocio ministerial, tal como la Sagrada Escritura y la doctrina de la Iglesia lo proponen. Parte el Dr. Ponce de la crisis sacerdotal, para intentar abrir las puertas a una óptica que, por superación, responda al verdadero pensamiento de Cristo, propuesto por la Iglesia en los documentos a partir, sobre todo, del concilio Vaticano II.
El presente volumen es una preciosa selección de solidísimas lecturas espirituales que bien podrían llamarse un curso completo de espiritualidad a la vez copiosoy sintético. Notables son la cvlaridad y la sobria objetividad en la exposición de las ideas. El autor sabe escoger en todo momento, en el inmenso campo de la mística y de la ascética, aquellos temas de más fácil comprensión y se remonta desde ellos a la contemplación de las verdades más sublimes de la revelación.
Los pensamiento que aquí se proponen a los cristianos han ido madurando y coordinándose en el transcurso de muchos años como fruto de una íntima meditación personal y de una perspicaz experimentación en frecuentes jornadasde espiritualidad.
Nunca el espíritu ha encontrado mejor guía de caminantes que esta obra, trazada al ritmo de nuestra vida contemporánea, pero con la visión siempre fija en el abismal misterio de la divinidad.
No hay que darle más vueltas: sólo quien está convencido de ser conocido personalmente por Jesús, logra acceder al conocimiento de él; y únicamente quien tiene la seguridad de conocerle tal cual es, se sabe también conocido por él.
Ofrece una explicación, sucinta y clara, de los conceptos teológicos más importantes e introduce cuestiones que no son puramente teológicas, pero a las cuales también la teología sabe dar respuesta. Además, para que el diccionario sea lo más completo posible dentro de su concisión, se citan los textos bíblicos más esenciales. Obra actual, manejable y de fácil lectura.
En las páginas de este libro se recogen los frutos de la larga labor docente de Medard Kehl en la Escuela Superior Filosófica-Teológica de Sankt Georgen (Frankfurt). El autor analiza el tratado teológico clásico De Deo creatore desde una perspectiva absolutamente distinta de la de los tratados escolásticos clásicos, con mentalidad de hombre moderno y se plantea, en términos explícitos, la pregunta de si es posible conciliar las afirmaciones científicas con las bíblico-teológicas e incluso si no es el ateísmo un elemento intrínseco de las modernas concepciones sobre el cosmos.
La exposición se hace con sensibilidad moderna, es decir, desde una conciencia sensibilizada por las experiencias vividas por el hombre contemporáneo. Así, el problema del mal se analiza desde la óptica del holocausto y también se abordan cuestiones ecológicas bajo el prisma de la responsabilidad del hombre por la conservación del universo que Dios le ha concedido en calidad de préstamo. Como derivación del diálogo entre las diversas confesiones, se analizan los puntos de convergencia y divergencia entre la fe en la creación del islam y del cristianismo.
Vladimir Lossky estudia las diferencias entre la Iglesia oriental y la occidental cristiana con el único fin de encontrar un camino hacia el entendimiento mutuo. Porque, en palabras de Karl Barth, «la unión de las Iglesias no se hace, sino que se descubre».
Oyente de la palabra es una designación bíblica del hombre con vistas a la revelación, partiendo del pensar de santo Tomás de Aquino aunque sin ignorar los impulsos y problemas de las filosofías actuales. En él se considera al hombre como un ente que sólo históricamente alcanza su realización y que debe prestar atención a la historia para contactar con esa palabra que motiva e ilumina la existencia. Así la cimentación de la existencia creyente sobre una palabra de Dios pronunciada históricamente no aparece como algo arbitrario y discrecional, sino como algo que responde a lo más profundo de esta existencia.
Esta obra quiere ser una antropología dentro de la teología fundamental, una pieza fundamental en la ilustración racional de la fe. Este debate es más urgente que nunca porque la relación fundamental del hombre con la historia pasa cada vez más a segundo término debido al predominio de un ideal del conocimiento de índole científica y técnica. Así, el hombre moderno muestra de antemano escepticismo o incomprensión ante el intento de motivar y explicar su existencia a partir de la historia.
La carrera teológica del cardenal estadounidense Avery Dulles abarca uno de los períodos más creativos pero también más confusos de la historia de la Iglesia católica. Tal como recoge en El oficio de la teología, los años que siguieron al Concilio Vaticano II fueron años turbulentos para la Iglesia, en los que obispos, teólogos y católicos en general intentaron aplicar e implementar las enseñanzas conciliares. En este proceso, las diversas escuelas teológicas emprendieron caminos distintos y a menudo contradictorios que resultaron en una pérdida de coherencia de la teología católica.
El empeño de Avery Dulles en este libro es, precisamente, reconstruir una comunidad de discurso para la teología, de manera que pueda compartir de nuevo un lenguaje, unos objetivos y unas normas comunes que lleven a un mayor consenso y permitan servir de manera más efectiva a la Iglesia .De ahí su hincapié en el carácter eclesial de la teología.
Dulles muestra cómo una teología «post-crítica» puede beber de la riqueza de las Escrituras y de la tradición para reflexionar sobre la fe y el papel de la Iglesia hoy en día. En El oficio de la teología Dulles aborda cuestiones como a libertad académica en la enseñanza de la teología en la universidad, y sienta las bases para un diálogo renovado de la teología con la filosofía, las ciencias y otras iglesias cristianas.
El oficio de la teología fue galardonado en Estados Unidos con el primer premio de la Asociación de la Prensa Católica en 1993.