El concilio Vaticano II ha sido determinante para la vida y la teología del actual papa emérito Benedicto XVI. En su pontificado quiso hacer una referencia constante al concilio, hasta en el encuentro mantenido con los sacerdotes el día anterior a su renuncia. Era una parte importante de su legado teológico. Ahora que celebramos el sesenta aniversario de la inauguración del Vaticano II, tal vez sea una buena ocasión para recordar los vivencias y las ideas que unen al teólogo Ratzinger con el mayor acontecimiento eclesial de los últimos tiempos. En estas páginas recorreremos los distintos acontecimientos históricos en los que intervino el actual papa emérito, así como sus ideas teológicas y su propuesta respecto a la interpretación del evento conciliar.
En ese concilio participaron los últimos papas: Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II, todos ellos canonizados. También el joven perito tuvo un papel importante en esa inmensa sinfonía del Espíritu que constituyen aquellas cuatro sesiones conciliares. El papa Francisco es igualmente "puro concilio", como decía un teólogo latinoamericano. En el discurso dirigido a los catequistas italianos el 30 de enero de 2021, tras citar a san Pablo VI, decía el papa argentino con su habitual lenguaje directo, refiriéndose al concilio y su hermenéutica: "El concilio es magisterio de la Iglesia. O estás con la Iglesia y por tanto sigues el concilio, y si no sigues el concilio o lo interpretas a tu manera, como quieres, no estás con la Iglesia"
Detrás de las llamadas «intercomunión», «intercelebración» y «hospitalidad eucarística» existe toda una teología en torno a este sacramento. Lutero criticó la Misa entendida como sacrificio –como consecuencia de la doctrina de la justificación–, rechazó el término «transustanciación» como explicación del cambio que se da en la consagración, y planteó la cuestión del Laienkelch, es decir, que todos los asistentes a la Cena pudieran comulgar bajo las dos especies. Durante siglos estas cuestiones se han debatido de modo abierto, aunque también el tiempo ha reducido esta polémica a sus verdaderas dimensiones.
En el presente trabajo, el autor nos muestra: la doctrina eucarística tal como la proponen Lutero, Trento y el Vaticano II; los distintos desarrollos en los diálogos ecuménicos -locales y oficiales– mantenidos entre católicos y luteranos después del Concilio Vaticano II; y, estas mismas cuestiones, estudiadas a su vez por algunos teólogos actuales como por ejemplo Pannenberg y Ratzinger, Kasper y Wenz, Lies y Garijo-Guembe, entre otros tantos autores de ámbito centroeuropeo.
«El eminentísimo cardenal Joseph Ratzinger –decía en 1998 el profesor Pedro Rodríguez, en la imposición del doctorado honoris causa en la Universidad de Navarra–, tanto en su época de profesor universitario como después durante sus tareas como pastor y prefecto de la Congregación de la doctrina de la fe, ha colaborado generosamente con nuestra facultad». La primera parte de este volumen versa sobre la «teología», tal como la entiende el teólogo Ratzinger. Siguen unos estudios sobre la actividad del joven perito conciliar y sus posteriores ideas sobre la aplicación del Vaticano II en los primeros años del posconcilio. En fin y en sintonía con el pontificado de Benedicto XVI, se abordan las ideas del teólogo Ratzinger sobre la misión y la evangelización. Concluyen estas páginas con una sistematización de las principales ideas-clave que han aparecido durante los ocho años en la sede de Pedro.