
El título del libro ya explica, en cierto modo, su contenido. No pretendemos abarcar todos los misterios de la vida de Cristo, sino detenernos en el misterio pascual: en su Pasión, Muerte y Resurrección. Misterio ya anticipado, celebrado y prolongado en la Eucaristía.
El misterio pascual nos lleva a una profundización en el cristocentrismo. La Iglesia, desde sus orígenes, ha predicado a Cristo como Camino, Verdad y Vida. La espiritualidad se ha mantenido sólida y fuerte sobre esta base en el decurso de los siglos. Cristo criterio, centro y modelo de la vida y del actuar.
El cristocentrismo se explicita y adquiere medidas más humanas a través de la devoción al Sagrado Corazón. No son realidades diversas. Dado que el Verbo se hizo carne y asumió una verdadera humanidad, no sólo se puede «pintar la faz humana de Jesús», sino que Él mismo nos ha mostrado los rasgos de su propio cuerpo humano, marcado por las huellas de su misterio pascual.
Valeroso testimonio de un destacado teólogo y comprometido pastor de almas a favor de una Iglesia más humana. Ideas no pasadas por la censura, que cuestionan, con espíritu constructivo, el tipo de relaciones vigente en las estructuras intraeclesiales.
La interpretación de las «tentaciones de Jesús» y de la «purificación del templo» de Bernhard Häring pone ante la Iglesia el espejo de las tentaciones a que ella misma está siempre expuesta. De la mano de ejemplos concretos, el autor señala en qué puntos esta Iglesia se está distanciando cada vez más del espíritu de Jesús y corre el peligro de no cumplir su misión.
Bernhard Häring describe el sueño de una Iglesia fraterna, capaz de recuperar la confianza perdida si se pone radicalmente, como Jesús, al servicio de los hombres. El autor indica que donde están las grandes tentaciones, allí se encuentran también las grandes oportunidades de renovación. Una defensa apasionada, constructiva y esperanzada.