
La lectura de la Correspondance Gènerale de sor Teresa del Niño Jesús de la Santa Faz resulta indispensable para profundizar en la vida y en la doctrina de nuestra carmelita de Lisieux. De las 266 cartas que se han encontrado, 17 las dirigió a dos hermanos espirituales que le fueron encomendados en 1895 y 1896: el seminarista Mauricio Bellière, que se irá a África (y que recibió 11 de esas cartas) y el P. Adolfo Roulland, de las Misiones Extranjeras de París, que llevará la Buena Noticia a China ( y que recibió 6)
La importancia de esta correspondencia no se mide por su cantidad, sino por su densidad humana y su profundidad espiritual.
Los sacerdotes y seminaristas, de manera especial, podrían sacar gran provecho de la lectura de estas cartas y que de esta manera podría encontraracontinuidad el diálogo con cada uno de los dos destinatarios de estas cartas.
San Bernardo ha sido y sigue siendo un maestro de vida cristiana. El secreto de su magisterio en la Iglesia radica en que su doctrina es la expresión de su experiencia. Atrae y convence porque habla de lo que vive. El sentido de la vida, repite sin cesar, es recuperar y restaurar esa joya que es la imagen y semejanza divinas, deterioradas por el pecado. O, como le gusta decir con la Biblia, «ordenar el amor», vivir en la escuela del amor. El amor es la fuente, el camino y la meta del hombre. Es su razón de ser y su plenitud. Amor afectivo y amor activo. Amor que contempla y arde en deseos, y amor que trabaja y se entrega a los demás. Sin la clave del amor Bernardo es incomprensible, y con ella se nos abren todas sus puertas. La selección aquí presentada puede ser una brisa de aire fresco, un estímulo y el contacto directo con un maestro espiritual.