
Todos sentimos miedo cuando nos enfrentamos a un cambio o a determinadas situaciones laborales. Sin embargo, su sola mención en las empresas se considera tabú. Aunque sólo los mensajes atractivos tienen cabida en los discursos empresariales, entre bastidores está la cruda realidad: presión por los resultados, luchas de poder, riesgo de despidos y, por supuesto, el miedo. Si este término le produce una cierta «urticaria intelectual», tal vez prefiera pensar en temor, ansiedad o estrés. Todas estas emociones tienen en común que se activan cuando percibimos amenazas y que nos hacen pagar un alto precio, en nuestra vida y en nuestro trabajo. NoMiedo nos propone dos desafíos. El primero consiste en liberarnos de la gran cadena del miedo: desarrollar todo nuestro potencial, a menudo encorsetado por nuestras propias inseguridades. El segundo, evitar la gestión basada en el miedo y optar por otra alternativa mucho más rentable: la basada en el talento, el cambio y la innovación. El miedo ha sido el modelo clásico de gestión, sin embargo los éxitos del pasado no garantizan los del futuro. El futuro pertenece a quien sea capaz de crearlo, ya sea una empresa o una persona, siempre y cuando se atreva a romper las reglas de juego y a crecer sobre sí misma. Esta fantástica obra es un viaje por el NoMiedo que ayudará al lector a identificar y conquistar esta emoción tanto en su empresa como en su vida.
El doctor Frankl, psiquiatra y escritor, suele preguntar a sus pacientes aquejados de múltiples padecimientos: «¿Por qué no se suicida usted?» Y muchas veces, de las respuestas extrae una orientación para la psicoterapia a aplicar: a éste, lo que le ata a la vida son los hijos; al otro, un talento, una habilidad sin explotar; a un tercero, quizás, sólo unos cuantos recuerdos que merece la pena rescatar del olvido. Tejer estas tenues hebras de vidas rotas en una urdimbre firme, coherente, significativa y responsable es el objeto con que se enfrenta la logoterapia.
En esta obra, Viktor E. Frankl explica la experiencia que le llevó al descubrimiento de la logoterapia. Prisionero, durante mucho tiempo, en los desalmados campos de concentración, él mismo sintió en su propio ser lo que significaba una existencia desnuda. ¿Cómo pudo él que todo lo había perdido, que había visto destruir todo lo que valía la pena, que padeció hambre, frío, brutalidades sin fin, que tantas veces estuvo a punto del exterminio, cómo pudo aceptar que la vida fuera digna de vivirla? El psiquiatra que personalmente ha tenido que enfrentarse a tales rigores merece que se le escuche, pues nadie como él para juzgar nuestra condición humana sabia y compasivamente. Las palabras del doctor Frankl alcanzan un temple sorprendentemente esperanzador sobre la capacidad humana de trascender sus dificultades y descubrir la verdad conveniente y orientadora.
La idea psicológica del hombre, de Viktor Frankl, vio cinco ediciones en castellano, y es una aportación insuperable para entender las relaciones entre psicoterapia y antropología.
Viktor E. Frankl nació en 1905 en Viena. En 1930 se doctoró en Medicina y se especializó en Neurología y Psiquiatría. En 1949 se doctora en Filosofía. Por su condición de judío vivió la amarga experiencia de los campos de concentración nazis, experiencia que, sin embargo, le llevó a reafirmar su fe en la vida humana. Terminada la guerra reanudó su actividad médica en Viena y muy pronto su fama se extendió por el mundo entero. Falleció en su ciudad natal en 1997. En su juventud tuvo relación con la escuela psicoanalítica, pero muy pronto abandonó sus postulados y se orientó hacia la Psicología individual. Construyó una teoría con serios fundamentos filosóficos, en la que concibe al hombre como ser libre y responsable, que necesita trascenderse, encontrar un sentido a la vida mediante el amor. Fruto de esa concepción del hombre es su método denominado logoterapia (curación por la palabra), que trata de conducir al paciente a la verdad del existir y a los valores objetivos, a encontrar el auténtico sentido de su vida.