Durante la segunda mitad del siglo XIX las mujeres fueron el eje de la familia, que condicionaba su presencia en la vida pública y en el mercado laboral. Se analiza el discurso sobre el modelo femenino y lo relaciona con la realidad vivida por las mujeres. A través del estudio de dotes y testamentos se retrata el entorno doméstico de las madrileñas, sus mentalidades y las estrategias matrimoniales de los distintos grupos sociales. Se hace una semblanza de la proyección pública de la Duquesa de Santoña, modelo y contrapunto de las mujeres de la élite, y se pasa revista a los trabajos realizados por mujeres de las clases medias y de las clases populares.