Ante el cristiano que se interroga por el futuro de la fe y por su porvenir liberador, Moltmann plantea este futuro como cuestión teológica, pues la escatología no afecta sólo al «último día», sino a la totalidad de los días: la fe se hace esperanza.
Las principales aportaciones de Jürgen Moltmann al panorama teológico actual ya están presentes en dos de sus libros iniciales: Teología de la esperanza (1966) y El Dios crucificado (1972). La frescura y radicalidad que aportaron aquellas primeras y mejores intuiciones del autor alemán ha hecho de ambas obras auténticos clásicos de la teología del siglo XX.
Si en el primer volumen la «esperanza» constituye la clave interpretativa, en este segundo el protagonismo lo asume «la cruz de Cristo». Dicha categoría no sólo sirve para fundamentar y criticar toda teología cristiana, sino que ayuda a iluminar la crisis de la teodicea actual desde la solidaridad amorosa de Dios hacia el orden sufriente de lo creado. El objetivo perseguido es elaborar una doctrina sobre Dios en su relación con el mundo, pero no de cualquier Dios, sino de aquel que se revela trinitariamente en los acontecimientos de la encarnación y de la muerte y resurrección de Cristo.
Esta teología de la cruz, que desborda el plano teórico o racional (revolución en el concepto de Dios), posee una clara intención política y liberadora (teología práctica) al asumir de forma axiomática la lucha contra el sufrimiento injusto de los inocentes.
La teología de la esperanza y la teología de la liberación tienen raíces comunes: ambas reflexionan críticamente sobre unas sociedades en las que es preciso ofrecer signos de vida en medio de incontables peligros de muerte.
Jürgen Moltmann y Leonardo Boff, con su pasión por la vida, nos recuerdan que Cristo sigue siendo crucificado y vive a diario su pasión en quienes sufren, en quienes mueren prematuramente, en los muchos hombres y mujeres para quienes, como para el Niño de Nazaret, no hay lugar aún en este mundo.
Pero el mal y el sufrimiento no son para ellos un hecho inexorable, una sentencia condenatoria para la humanidad. La pasión del mundo es una invitación que Dios nos hace, hoy y siempre, a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, a hacer de sus dolores nuestro propio dolor. Solo así podrá romperse el ciclo de muerte y de opresión que atormenta a una humanidad marcada por la explotación salvaje de la creación.
JÜRGEN MOLTMANN, que fue profesor de Teología Sistemática en la Universidad de Tubinga, saltó al primer plano de la literatura teológica con su célebre Teología de la esperanza, que marcó toda una época y sigue gozando de plena actualidad.
LEONARDO BOFF, por su parte, es profesor emérito de Ética, Filosofía de la Religión y Ecología en la Universidad Estatal de Río de Janeiro. Sus más de setenta libros han sido traducidos a las principales lenguas, y su interés actual se centra en los temas relacionados con la teología y la espiritualidad.